Solo es libre quien cree en la verdad
Es cierto que un correcto juicio histórico no puede prescindir de un atento estudio de los condicionamientos culturales delmomento, bajo cuyo influjo muchos pudieron creer de buena fe que un auténtico testimonio de la verdad comportaba la extinción de otras opiniones o al menos su marginación.
Muchos motivos convergencon frecuencia en la creación de premisas de intolerancia, alimentando una atmósfera pasional a la que sólo los grandes espíritus verdaderamente libres y llenos de Dios lograban de algún modosubstraerse. Pero la consideración de las circunstancias atenuantes no dispensa a la Iglesia del deber de lamentar profundamente las debilidades de tantos hijos suyos, que han desfigurado su rostro,impidiéndole reflejar plenamente la imagen de su Señor crucificado testigo insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre.
De estos trazos dolorosos del pasado emerge una lección para el futuro, quedebe llevar a todo cristiano a tener buena cuenta del principio de oro dictado por el Concilio: « La verdad no se impone sino por la fuerza de la misma verdad, que penetra, con suavidad y firmeza ala vez, en las almas »”.
Tertio Millennio Adveniente- Juan Pablo IIActualmente vivimos en un mundo de creencias, donde cada uno defiende su postura y en muchos casos se pretende obligar a que los demás adopten sus pensamientos. Ser libre significa tener la capacidad de obrarsegún nuestra propia voluntad, durante toda nuestra vida.
Muchas veces pasamos nuestras vidas engañados, cegados tal ves por mentiras, por presión o incluso por que es fuerte aceptar la verdad,...
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