Sun zsu
Encualquier caso, todo esto que surge de las antiguas y honorables palabras de Sun-Tzu, me recuerda irremediablemente a una de mis historias preferidas, la historia de Chuang Tzu. La historia de Chuang-Tzu laconozco porque Italo Calvino la cuenta al final de “Rapidez”, la segunda de sus imprescindibles “Seis propuestas para el próximo milenio”(Nota). Así la cuenta Calvino:
“Entre sus muchas virtudes,Chuang Tzu tenía la de ser diestro en el dibujo. El rey le pidió que dibujara un cangrejo. Chuang Tzu respondió que necesitaba cinco años y una casa con doce servidores. Pasaron cinco años y el dibujoaún no estaba empezado. “Necesito otros cinco años”, dijo Chuang Tzu. El rey se los concedió. Transcurridos los diez años, Chuang Tzu tomó el pincel y en un instante, con un sólo gesto, dibujó uncangrejo, el cangrejo más perfecto que jamás se hubiera visto”
(Italo Calvino, Seis Propuestas para el próximo milenio, ed. Siruela, 1998, p. 65)
“…en un instante, con un sólo gesto…”, ¡qué delicia!para cualquier aspirante a joven y exitoso artista: prescindiendo de toda la laboriosidad, pasando de todo esfuerzo, de toda corrección, del sacrificio de los borradores, los esquemas, la fatiga y...
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