Sus Palabras Rebotan En Mi Mente

Páginas: 6 (1261 palabras) Publicado: 13 de octubre de 2015
Sus palabras rebotan en mi mente

“Imbécil ¿cómo te atreves a tocarme?”, después de eso las heridas recién suturadas se volvieron a abrir y las acompañó un dolor insoportable…
Justo ayer pensaba en irme, volar o simplemente correr tan lejos como me fuese posible, pero, realmente yo no tenía esperanzas de llegar muy lejos. Sabía que me atraparían, que no podría siquiera esconderme de estaincesante tortura conocida como esclavitud. Iría lejos; tomaría una carroza que según el dueño me llevaría tan lejos como mi dinero, escaso, me pudiese llevar. Llegando una vez al mar mediterráneo, tomaría un barco pesquero para salir del continente e irme a algún lugar donde pudiese ser libre… Todo se fue al garete.
–Esta ya todo preparado, ahora ¿dónde está mi dinero?
–Justo aquí, cien libras justolo que prometí y habrá cien más cuando lleguemos.
Eran los ahorros de toda mi vida, tuve que tomar un trabajo en mis momentos de descanso, un trabajo clandestino donde me pagaban, pero después de diez años logré acumular trescientas libras las cuales usaría todas para el viaje.
El mercader tomó mis monedas, las contó, frunció el sueño y exclamó -Espero que pagues el resto de la cuota cuandolleguemos- aquel hombre bajo la mirada y dijo -Nos veremos al alba- nos despedimos y él se perdió en la oscuridad de la noche…
Entré al pequeño cuarto donde mi “amo” metía el tumulto de esclavos que tenía a su disposición, no había nadie, al parecer era el primero en llegar, hasta que me di cuenta de que había un niño acostado en el piso, justo donde la luz de fuera no alcanzaba a darle.
– ¿Eresnuevo? – pregunté.
–Sí, justo llegue hoy– dijo. Estuve tan ocupado hoy planeando mi escape que no pude ver al nuevo esclavo que sustituiría al pobre Hassem, el cual había muerto después de cien latigazos dados por nuestro “amo”, Hassem no se pudo levantar después de treinta latigazos, pero él no se detuvo y siguió hasta ocasionarle la muerte…
–Entonces prepárate porque aquí todo se gana con tu sudor yempeño, no esperes que nadie te de nada- dije. En mis adentro pensé “pobre chico”.
Sonó la campana que indica que tenemos que acudir al patio. –Es bastante raro– dije –jamás suena a esta hora.
Le indiqué al niño que se levantara y fuera detrás de mí.
Cuando llegamos… quedé petrificado pensando en el porqué de esta situación, el “amo” no se atrevería a hacer esto. Voltee, Mijaíl, el pequeño queindicó así se llamaba, estaba tirado en el piso, vomitando nada más que agua, ¿qué otra cosa podría vomitar?, a leguas se veía que el niño llevaba al menos dos días sin comer.

La vida en África es difícil, eso nosotros, los esclavos lo sabemos más que nadie. Largas jornadas laborales, poco descanso y si nuestro “amo” es generoso, techo y comida.
Recuerdo aquellos días, mi esposa preparando unacomida humilde, mis hijos corriendo alrededor de la choza donde solíamos vivir y yo cazando a la intemperie. Los extraño.
Llegaron un día de verano. Lo sé por el implacable sol sobre mi cabeza y el aire más seco de todo rozaba mi piel.
“El jefe” (como le decíamos) llegó con unos hombres armados detrás de él. El contraste entre nuestra piel era lo que me hace pensar sin vacilar que ellos no eran deÁfrica.
–Salgan todos de sus casas- gritó “el jefe” –acérquense- los hombres blancos observaban y susurraban algunas cosas en otro idioma mientras “el jefe” nos formaba. Una vez formados, volteo con los hombres y les hizo una seña.
Eso fue lo que dijo Nasha, mi esposa antes de…
Cuando llegué era tarde, se llevaban a las mujeres, niños, jóvenes, y a los ancianos los mataban.
Intenté defender a miNasha y a mis hijos. Me abalancé sobre uno de esos hombres blancos este me tiró con mucha facilidad y me encajó una punta de metal unida a un palo de madera, grité –¡Nasha! – ahora sé que eso era un fusil. Recuerdo ver un par de hombres preguntado por Nasha ella dio un paso al frente y sin vacilar le dieron un tiro en el estómago. Me levanté y caminé hacia ella, me aferré a ella abrazándola,...
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