tarea de bilogia


22/mar/2013


Los nuevos centuriones


Bernandino Hernández

En días recientes el poeta Javier Sicilia afirmaba que los grupos de autodefensa son legítimos, pero peligrosos. Es, probablemente, una afirmación con una gran dosis de verdad.
Sin embargo, existe otra vertiente de esta inédita situación que, por el contrario, pudiera constituirse en un nuevo paradigma del sistemapolítico mexicano.
En efecto, la proliferación de grupos de autodefensa en diversos estados del país, pero particularmente en Guerrero, constituye una dura expresión del hartazgo popular ante la indefensión en que se encuentran las comunidades -en particular, los segmentos más pobres de la población- frente a los embates de la delincuencia organizada y la, hasta ahora, errática estrategiagubernamental para enfrentarla.
Desde la distancia de los llamados medios de circulación nacional muchos articulistas han opinado sobre esta fenomenología de autoprotección de las clases populares, ya sea para condenarla o para usarla como argumento que explicaría la existencia de ingobernabilidad o, en el extremo, de estados fallidos.
El exceso ocurrió cuando el coordinador de la bancadadel partido tricolor en el Congreso, Manlio Fabio Beltrones, invitó a renunciar a los gobernadores de estados donde proliferan los grupos de autodefensa armada. Se refería en principio, sin duda alguna, al de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero. Esta opinión generó una pronta respuesta del guerrerense que, primero, lo llamó represor y, después, con un ánimo más calmado, lo invitó a venir a estas tierrasdel sur. Pero de que la amistad entre ambos jerarcas se rompió, ni duda cabe.
Como si fuese una señal, otros dirigentes de la llamada clase política del país se hicieron eco de las palabras de Beltrones y condenaron a los grupos de autodefensa que han emergido en varios estados de la república.
En un tenor parecido ha discurrido la actuación extraña del titular de la Comisión Nacional delos Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, quien por vía de sendos comunicados ha hecho llamados para desmovilizar esos grupos en el supuesto de que violentan el artículo 17 de la Constitución, que prohíbe la justicia por propia mano.
Para colmo, el flamante comisionado de la Policía Federal, Manuel Mondragón y Kalb, consideró que la autodefensa “son pequeños grupos” que actúan“apartados de la ley” y que, por tanto, “no se pueden aceptar”.
En una primera lectura pareciera inequívoca la intención del gobierno federal de combatir la proliferación de grupos de autodefensa civil armada que han comenzado a surgir en diferentes regiones y estados del país, lo que constituye una nueva fenomenología social ante la cual la nueva administración federal simplemente no sabe cómoreaccionar.
En este contexto, habría que convenir con Sicilia en que los grupos de autodefensa civil son indudablemente legítimos, aunque también pudieran ser peligrosos si se les ignora o, peor aún, si se les combate. En este último caso habría que prever un escenario esencialmente explosivo que pudiera complicar el panorama nacional, en el que la violencia criminal se mantiene vigente mesesdespués del inicio de gestión de Enrique Peña Nieto, quien se mantiene ocupado en la implementación de programas de atención de lo social que, por el momento, están en su fase enunciativa.
Habrá que darle a la administración federal un plazo de gracia de por lo menos otros tres meses más antes de comenzar a pedirles resultado. En este tenor, la detención de Elba Esther Gordillo le generó unrespiro para, por un lado, ganar bonos ante la opinión pública nacional y, por el otro, precisamente ganar el tiempo necesario para comenzar a gobernar.
A despecho de lo que opina la clase política nacional y algunas facciones duras del gobierno federal, habrá que puntualizar que, en su origen, el fenómeno de la autodefensa civil surgido el 5 de enero pasado en Ayutla de los Libres se...