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PEDAGOGÍA JESUÍTICA: UNA IDENTIDAD CON EL PASADO QUE SE PROYECTA AL FUTURO1
Por Esteban Ocampo

Hablar de la Pedagogía Jesuítica es contar más de cuatrocientos años de una parte de la historia de la Educación. Los jesuitas han tenido una gran influencia en los procesos educativos de muchas generaciones, en múltiples países y a ellos se deben conceptos e ideas de impacto para la comprensión delos fenómenos atinentes a la formación de niños, jóvenes y adultos, en todos los niveles educativos tanto en lo formal, como en lo no formal y lo informal.

Se ha preferido en el presente texto la expresión Pedagogía Jesuita y no la de Pedagogía Ignaciana, que también se hubiera podido utilizar, para indicar que se hará referencia a una tradición pedagógica que, inspirada en los principiosignacianos, se constituye a lo largo de los tiempos con los aportes de múltiples personas y de las ciencias de la Educación y la Psicología especialmente, para construir un cuerpo conceptual y metodológico y una intencionalidad formativa, claramente identificable como propia de los centros dirigidos por la Compañía de Jesús o por instituciones laicas, que se han inspirado en las propuestas educativasde ésta.

En general podemos afirmar que una Pedagogía Jesuítica, es aquella puesta en escena de la “Cultura Ignaciana” y que puede reconocerse por2 estar fundamentada en los Ejercicios Espirituales; en los escritos cartas y documentos de los Padres Generales, Jesuitas y Educadores Laicos, Congregaciones, actas de reuniones y todas aquella orientaciones para la aplicación de los principioseducativos; en la tradición pedagógica o experiencia educativa de la Compañía de Jesús, la cual ha sido reflexionada y sistematizada a lo largo de los tiempos3, la cual tiene unos puntos esenciales, a los cuales se hará alusión más adelante.

La herencia recibida en nuestra propuesta educativa.
Corría el año de 1539, cuando por primera vez se escuchó la idea de proponer la creación de Colegios, enprincipio para la formación de las personas que aspiraban a ser jesuitas. Cuenta la historia que esta propuesta se le debe a Diego Lainez. Rápidamente se tenían centros en toda Europa, incluyendo la propia Barcelona, Valencia, Valladolid, Lisboa, Coimbra, Colonia, Padua, entre otros, todos posteriores a 1542.
Tales centros, empiezan a abrirse definitivamente a jóvenes que no aspiraban a ingresara la Compañía, la mayoría de las veces por presión de sus padres y otras personas que veían en la naciente comunidad religiosa (cuyo primer grupo había hecho votos en 1534 en Montmartre y que sólo son aprobados oficialmente en 1540 por el Papa Paulo III), una oportunidad especial para la formación en “letras y virtudes” de sus hijos y protegidos. Tales son los casos del Colegio de San Pablo en Goa(1546), fundado por Francisco Javier a petición del Gobernador, el Colegio de Gandía (1546) a solicitud del Duque, el Colegio de Mesina (1547) por postulación del Virrey de Sicilia. Otros por convencimiento del propio Ignacio (caso concreto del Colegio Romano, hoy Universidad Gregoriana, en 1549) y de los Jesuitas esparcidos por Europa, Asia y América. Es tal el fenómeno, que en 1606 ya tenían asu cargo 293 colegios, 38 de ellos en tierras de misión (India, Japón y América). En la actualidad hay más de 2000 centros en todo el mundo dedicados a la educación preescolar, primaria, secundaria, técnica, universitaria y a programas especiales, lo que muestra la magnitud del apostolado educativo de la Compañía, visto como una manera de ayudar al bien de las ánimas y la Mayor Gloria de Dios.Dada la diversidad de experiencias, ideas, métodos, contenidos y teorías, ven los jesuitas desde un comienzo la necesidad de organizar de alguna manera su experiencia pedagógica a fin de garantizar el cumplimiento de la misión para la cual fueron creados tales centros educativos. Así nace la idea de sistematizar una razón de ser de los estudios, formulada en la Ratio Studiorum de 1599. Esta que...