Teatro

Casimiro Vico, primer actor
(1937)
Armando Moock
Personajes
Carmen Santana
Felipín
Encarnación Arce
Menéndez
Alma Corrales
Pardiña
Amalia Blanco
Señor Pérez
Úrsula
Rosalindes
Casimiro Vico
El Mozo
Pablo Bafallul
Feliciano Pastor
Lucio Rocamora
Jacobo Alvarado
Rómulo Cepeda
Viajeros, cómicos, maquinistas, electricistas, traspunte, clientes, transeúntes.

PRIMER ACTO
CUADROPRIMERO
“La Rebelión de los ángeles”.
Todos los cuadros en Santiago, excepción hecha del cuadro tercero, segundo acto, que ocurre en un poblacho.
En la sastrería de don Casimiro Vico, rotulada “A la Gran Tijera”, un modesto taller, instalado quizás en uno de los barrios populares de la capital.
Al foro, izquierda, la puerta de entrada; allí hay unos cuantos maniquíes, exhibiendo trajes. Delcentro de la puerta, en el dintel, pende de un alambre una gran tijera de madera plateada, que es la que simboliza el nombre del establecimiento. Al lado derecho de la puerta, está la vidriera donde se exhiben, colgados sobre bustos y maniquíes, unos trajes descoloridos por el sol. Hay también figurines del “Chic Parisien” y del “Taylor”, junto con un papel matamoscas. Hay sobre el vidrio una grantijera dibujada y un letrero escrito “A la Gran Tijera de Casimiro Vico”. Siempre al foro, una especie de casucha formada por un cortinado rojo desteñido hace las veces de salón de prueba, por lo menos así reza en un trozo de latón cortado en forma de cinta, pintado con colores chillones que dice: “Salón de pruebas”.
Tras la cortina, se divisa un espejo. Lateral derecha, una estantería que guardalas piezas de telas. Colgado en el muro, un cuadro representando al patrono de los sastres. Delante de la estantería, la mesa del corte. Sobre ella, tijeras, reglas, escuadras, telas, tizas, moldes, etc. En el suelo, un pie de hierro con la plancha económica. Alrededor de la mesa del corte, varias sillas de Viena más o menos deterioradas. En lateral izquierda, sobre la muralla, un aviso que dice:“Hoy no se fía, mañana sí; trampas afuera, menos aquí”. Más abajo, un calendario con fecha treinta o treinta y uno. Al frente, una máquina de coser de pie. En un entrante del muro, la caja de distribución de la escalera que se supone conduce a los altos del establecimiento, de la que se divisan tres o cuatro escalones. A la subida de esta escalera hay prendidos en la pared muchos moldes viejos y,clavada, la herradura de la suerte. Al centro de la escena, una mesa y sillas.
Primavera. Las tres de la tarde, el sol da de lleno sobre la vidriera. Don Casimiro, en el mostrador, tijera en mano, tiza y corta. Este don Casimiro es un hombre cuarentón, medio calvo y de bigotes de gruesas guías: por pasar de pie tras la mesa de corte, está lleno de juanetes, por lo que al andar pisa con lostalones; se diría con miedo. El dedo pulgar y los dos siguientes están encallecidos por el manejo de las tijeras, y se han amoldado en tal forma a sus ojos, que al accionar esos dedos se mantienen encorvados. Tiene un ligero acento español, a pesar de ser criollo. Va en mangas de camisa, lleva una cintura para evitar el desgaste de la ropa al rozar en el mostrador, pende de su cuello el centímetro, yel chaleco lleva una almohadilla de alfileres.
Al alzarse el telón, Casimiro está atareadísimo cortando. FELIPÍN el cadete de la sastrería, en la mesa del centro prepara forros. Durante unos minutos, CASIMIRO tatarea un aire de zarzuela antigua. FELIPÍN silba a medias otro aire, y por la caja de la escalera llega, del piso alto, un canturreo de mujer. Es CARMEN, la esposa del sastre, quien, entanto desempeña sus quehaceres, contagiada por este día primaveral, lo expresa en una vidalita.
1. CASIMIRO -¡Uf! Ya empieza a apretar el calor (sigue cantando.)
2. FELIPÍN -Es que se nos viene el verano encima, maestro. (Vuelve a silbar. Pausa.) Maestro, dígame, ¿por qué no calza este tizado? (CASIMIRO canta sin oírlo) Este tizado no me coincide.
3. CASIMIRO -Cómo te va a coincidir, si lo has...