Torres Rivas

¿QUÉ DEMOCRACIAS EMERGEN DE UNA GUERRA CIVIL? EDELBERTO TORRES-RIVAS
1. Resumen introductorio
Al examinar cómo son los regímenes democráticos en Centroamérica hoy día, es obligada la referencia a lo que fueron las causas de la crisis de los años setenta, las modalidades de su desarrollo en los ochenta, las circunstancias de cómo se alcanzó la paz en los noventa. De las entrañas de la crisis,con o sin guerra interna pero ya sin Guerra Fría, el germen democrático creció estimulado por el interés de los actores locales e internacionales. No sólo basta la voluntad de quienes como proyecto miran hacia delante, sino la conciencia que valora también donde están los pies, el marco de la historia previa que sirve para identificar los pesos de las herencias del conflicto armado y de los sueñosfrustrados. Del remolino iolento de la crisis salieron, contradictoriamente, los actuales regímenes democráticos.
No puede ser un resultado del azar que los procesos del cambio político en esta región resulten formando parte de esa ‘ola’ modernizadora que empezó a extenderse en el occidente no desarrollado a partir de 1974, como una fuerza cultural y política de carácter democrático. La ‘ola’ seapoyó en inválidos actores políticos, así calificados por sus orígenes autoritarios que le sirvieron de apoyo y los puso de pie. En estas sociedades, la influencia interna de factores internacionales no puede desconocerse, así como no pueden dejar de considerarse el papel decisivo de fuerzas y estructuras nacionales.
El esfuerzo explicativo se basa en dos experiencias no forzosamente originales,elaboradas como presupuestos que tratan de demostrarse en el conjunto del trabajo. Uno, es el reconocimiento de que la
-2-
democracia, que es esencialmente electoral, constituye un mínimo político que surge en ambientes difíciles, en situaciones de una gran ambigüedad. Lo otro es que el Estado débil que surge de los conflictos se apoya en su empeño democrático en instituciones políticas que seimplantan, que en otras latitudes fueron funcionales para el nuevo régimen. El denominador común es la experiencia de un régimen político que en sus expresiones de cambio deja de ser una dictadura militar, sin ser aun una democracia; suele verse en un juego de imágenes como un ‘batracio’ político. O, como lo argumenta Morlino, algo que deja de ser un sistema autoritario pero aún no entra del todoen un genus democrático. Abandonar la dictadura no es entrar en la democracia. Sus límites los establece la naturaleza del proceso electoral bajo control militar, ¿Hay predeterminación o incertidumbre en los resultados electorales? Ocurrió esto último en casi todos los casos nacionales; la ambivalencia cede, el retiro militar y la presencia civil sólo califican el sufragio por un dato: hay másdemocracia.
El tránsito no es un cambio gradual de régimen, sino un recorrido tortuoso y desigual que ocurre a saltos, que tiene como rasgo común la erosión del poder autocrático, crisis en las cúpulas dirigentes, movilización popular con represión, competencia partidaria e irrespeto a los derechos humanos, elecciones y guerra. Es este un ‘momento’ histórico provisional que se dilató por desigualestiempos por la demora de la paz, y que llamamos “situaciónes (pre) democráticas”.
Este período o condición protodemocrática en si misma implicó cambios difíciles de realizar y de prever en el momento anterior, y por limitada y confusa que ella aparezca es, sin embargo, la base o la condiciónparaqueopereelotrofactor,laimplantacióndemocrática. Todoellosucedeendimensionesque conviene precisar por unefecto de condiciones externas que forman parte de la política internacional de los Estados Unidos. Puede resultar brutal una afirmación de esa naturaleza. Los ámbitos de influencia de un poder económico y militar están definidos, primero, por la geografía y luego por su voluntad de dominio; a veces facilitada por su vecindad, pues Centroamérica se encuentra en el primer circulo del predominio...