Trabajo de educacion de la fe
En 1986 cuando el Ministerio de Energía (DOE), en un congreso en Santa Fe (NM) planteó dedicar una buena partida presupuestaria a secuenciar el genoma humano, como medio para afrontarsistemáticamente la evaluación del efecto de las radiaciones sobre el material hereditario”(1).
Al año sgte., tras un congreso de biólogos realizado en el Laboratorio de Cold Spring Harbor, se unió a la idea elInstituto Nacional de la Salud, otro organismo público con más experiencia en biología (pero no tanta como el DOE en la coordinación de grandes proyectos de investigación). El posterior debatepúblico tuvo la habilidad de captar la imaginación de los responsables políticos, y ofrecer el atractivo de que no solo el PGH era el gran emblema tecnocientífico de finales del siglo (como lo había sido elProyecto Apolo en los años 60’), sino que “uno de los de sus fines explícitos era desarrollar tecnologías de vanguardia y conocimiento directamente aplicable (no solo en el campo de la biotecnología)que asegurarían la primicia tecnológica y comercial del país en el S. XXI”(2).
Luego en 1988 se publicaron informes de la Oficina de Evaluación Tecnológica del Congreso (OTA) y del Consejo Nacionalde Investigación (NRC), que supusieron espaldarazos esenciales para dar luz verde en la iniciativa. Ese mismo año se establece la Organización del Genoma Humano (HUGO), como entidad destinada a lacoordinación internacional, a evitar duplicaciones de esfuerzos, y a diseminar los conocimientos.
El comienzo oficioso del PGH corresponde a 1990, y se calcula que terminará el 2005. Sus objetivos...
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