trabajo
Antología poética
Romanticismo
Juan Eugenio Hartzenbusch
El uso de la libertad
«¡Viva la libertad!» Así gritaban
juntos con recia voz por largo rato,
al verse libres de su duro encierro,
una marmota, un gato,
un colorín y un perro,
que antes en un cortijo suspiraban,
víctimas del poder y los caprichos
de un labrador aficionadoa bichos.
-¿Qué se hace, compañeros?,
preguntó el colorín, pues es costumbre
de bestias a la vez y caballeros
que el promotor de las cuestiones sea
la cabeza más ruin de la asamblea.
Yo, prosiguió diciendo muy ufano,
puesto que terminó la servidumbre,
y en ella me enseñaban vanos sones,
quiero desde hoy con ellos al tirano
silbar, y confundirle a maldiciones.
-Yo, dijo la marmota,buscaré un agujero
para dormir en él un año entero.
-Aquí, el gato exclamó, según se nota,
por los collados hay y los ejidos
multitud de conejos y de nidos:
ya que se me presenta buena traza,
contrabandista me hago de la caza.
-Yo, prorrumpió sagaz el perdiguero,
como que libre y suelto bien me lamo,
voy libremente a ver si encuentro un amo.
¡De tan indigno modo
Empleó la cuadrillaemancipada
la libertad dulcísima anhelada!
Para las almas nobles ella es todo;
para egoístas, nada.
Los mandamientos de españa
Dicen que locos y niños
hablan siempre la verdad:
la lengua de un niño loco
debe ser la más veraz.
Un niño demente había,
que en medio de achaque tal,
iba, sin embargo, dócil
a la escuela del lugar.
Elmaestro, que observó
que era el loco algo capaz,
quiso que de la doctrina
supiese lo principal.
-¿Cuáles son, le preguntaba
un día para probar,
los mandamientos de Dios
que rigen la cristiandad?
-A los hombres, dijo el chico,
diez impuso en general,
y después a las naciones
otros en particular.
Dios mandaque España tenga
trono firme y libertad,
montes, caminos, marina...
y el peñón de Gibraltar.
La vuelta del emigrado
Yo os vi desarraigar, olmos lozanos,
Del nativo plantel; yo vi los fosos
Abrir en larga hilera, donde vida
Nueva os dio la común próvida madre;
Yo os vi las ramas extender nacientes,
Y detierno follaje revestiros.
Niño yo entonces, vuestro liso tronco
Ceñía con la mano; ya ni os puedo
Con ambas abarcar. Ruda corteza
Los caracteres deformó, que un día
En vosotros grabé, cual en mi rostro
La mano de la edad y la desgracia
Trocaron ¡ay! en repugnante ceño
Los dulces rasgos de la infanciahermosa.
En otro tiempo para mí de dicha
Me visteis de la cítara sonante
Pulsar las cuerdas por la vez primera,
Y ufano celebrar el fausto día
En que la patria respiró. Sobre este
Duro peñasco destrocé furioso
La libre lira, cuando hueste inmensa
Descendió de lacumbre de Pirene,
Para arrasar el venerando templo
Que a la alma libertad alzara España.
¿Cuál es el árbol de vosotros, donde
Di reclinado lágrimas ardientes
De la patria infeliz a la ruina
Al deciros adiós? ¡Cielos! ¡qué miro!
¿No era aquél? Sí. ¡De la segur despojo
Fuiste al fin!... ¡Como tantos inocentes
Que bárbara inmoló la tiranía!
Pero tú, más feliz, árbol querido,
Vuelves a renacer en ese bello
Vástago que a tu pie brota pujante,
Y las vidas ¡ay, Dios! que en el sepulcro
La mano sumergió del despotismo,
Para siempre jamás en él se hundieron.
Pero estas melancólicas...
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