Tradición oral
TRADICIÓN ORAL
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Desde las edades más tempranas de la humanidad, la palabra transmitida a través de la oralidad ha sido considerada como un factor principal en la continuidad de la tradición y no sólo en su carácter funcional sino además revestida de cierto poder y otorgada como un don.
La palabra es irreversible, esa es su fatalidad. Lo que ya se ha dicho no puede recogerse, salvo para aumentarlo: corregir, en este caso, quiere decir, cosa rara, añadir. Cuando hablo, no puedo nunca pasar la goma, borrar, anular ; lo más que puedo hacer es decir ‘anulo, borro, rectifico’, o sea , hablar más. Roland Barthes, El susurro de la lengua.
Connatural al ser humano, la transmisión oral se caracteriza por su inmediatez temporo‐espacial y su fugacidad. El código que establece la relación entre emisor y receptor está dado por el despliegue de habilidades tales como la de escuchar, generando una interacción inmediata a medida que se va enunciando la o transmisión de conocimientos información realizada mediante una serie de requerimientos sonoros y audibles que se expresan principalmente de manera hablada. Así, los elementos deícticos, los recursos no verbales y los elementos paraverbales son muy importantes para este tipo de código, en función que el contexto así lo exige. 1 El heterogéneo material que ofrece como forma de expresión la Tradición Oral, implica mecanismos y comportamientos de transformaciones diversas y específicas, tales como los mitos, las leyendas, los cuentos, los acertijos, los trabalenguas, las adivinanzas, proverbios, anécdotas, rezos, las formas de construir y adornar las viviendas, los remedios naturales, caseros y tradicionales, las comidas, las creencias, las supersticiones, las danzas, las fiestas y sus trajes tradicionales, las enunciaciones realizadas en rituales mágicos o de curación, el uso de hierbas, la historia familiar, los refranes populares, los juegos infantiles, las canciones de ronda, de bodas, de trabajo, los chistes, los rumores, las leyendas urbanas, etc., y que involucran la transmisión de aquello que se considera valioso de las generaciones precedentes y que se lega a las siguientes.
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Para profundizar en el tema véase: Ignacio Bosque, Lengua Castellana y Literatura II. Akal. Madrid, 1999.
Quienquiera se haya dedicado a estudiar los usos, costumbres, ritos, supersticiones,baladas, proverbios, etc. de antaño habrá llegado a dos conclusiones: la primera, cuánto de lo que es raro e interesante de ellos se ha perdido completamente; la segunda, cuánto puede aún ser rescatado mediante un esfuerzo oportuno. William J. Thoms, 1846.
Erick A. Havelock al estudiar las formas de transmisión y retención de las oralidades en la antigüedad, señala que ʺlas sociedades orales asignaban comúnmente la responsabilidad del habla conservada a una asociación entre poesía, música y danzaʺ, 2 asunto que resulta lógico cuando se entiende que de esta forma se echa mano a recursos tales como las capacidades para generar estímulos a través de secuencias métricas, la rima y las repeticiones asociadas a otras formas de expresión como la música. Desde esta perspectiva y siguiendo a Bialogorski y Fischman, 3 la tradición oral se enmarca en un ámbito con ciertas prácticas de uso especifico, normadas por la comunidad y que adquieren significación en función de la “marca estética” y la “puesta en exhibición” de determinados fenómenos culturales que reúnen ciertas características ...
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