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Jean Franco Larrotta Ballesteros
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Encuentro personal con el arte


I. La tarde

Estaba opaco, llevaba tiempo esperando aquel taxi con una ansiedad única por llegar a este evento que aún sin saber me daría una prueba de este tan exquisito mundo de la poesía. El despliegue de sabores y sensaciones empezó en el momento exacto de entrar al auditorio Jesús Alberto Rey Mariño de laUniversidad Autónoma de Bucaramanga. Ver a todas aquellas personas con su gusto particular por la poesía me llenaba de una curiosidad infinita, en ningún encuentro de poesía anterior me había sentido tan atraído por el ambiente que se respiraba; por el espectador, quien con emoción en su mirada iluminaba aquel recinto y aún más por quienes estarían presentes aquella noche dándome una cucharada de poesíatricolor. Por segundos en mi mente pasaban aquellos versos que en clase habían quedado grabados como manchas de café sobre mi blanca e ignorante memoria. Y justo en ese momento en el que mis manos frías, mi corazón acelerado y mis sentidos a la expectativa de cualquier hecho que pudiera ser clave para escribir estas líneas empezó la velada. Era un hecho, estaba ahí listo para vivir la poesía.II. La velada

Yo iba preparado para cualquier cosa, o eso creía, porque en el momento en el que anunciaron a un tercer invitado me desconecté de la noche y aquellas mariposas que habían abandonado mi estómago, volvieron agresivamente como si jamás hubiesen comido y tuvieran un banquete dentro de mí. No sabía por qué, pero ahora que me pongo a pensar en qué sucedió, la respuesta es sencilla, básicae inaceptable. La estúpida y gastada sensación cliché “No puedo hacerlo” fue la que hizo que dudara en mi capacidad de recordar lo que aquellos poetas estaban por decir, sumado al hecho de que mis compañeros de clase estaban ahí como reporteros, con agenda y lapicero en mano, listos para que sus blancas e ignorantes hojas que aludían a mi mente, se llenaran de información precisa para elescrito. Sin embargo me tranquilicé en el instante en el que evoqué mi deseo para esa velada, disfrutar y vivir este placentero encuentro y bastarme de la experiencia valiosa e incomparable con una hoja llena de datos e información para describir y narrar esta noche de poesía. Los poetas entraron.

III. Obras y espíritus diferentes.

Con una paz y tranquilidad desbordantes que combinaban con su atuendoentró de primera Beatriz Vanegas quien con su personalidad sobria e intelectual hacía que la noche dejara de sentirse ausente y vacía. Enseguida entró Yirama Castaño, con un fleco que cubría uno de sus lentes con marco rojo y con personalidad propia, con quien de momento sentí que existía una barrera para conectar con sus sentimientos pero que aún así me atrapó y me cautivó. Y por último NelsonRomero quien con un porte de señor y aún sin haber oído de él o de su trabajo, ya me era posible tener una idea algo abstracta de lo que existía en las líneas de sus obras. Con los tres personajes ya en el sofá me dispuse a escuchar cada uno de sus pensamientos y del hermoso trabajo que hicieron al plasmarlos artísticamente en hojas y en la memoria de un país. Mientras leían, la predicción sinfundamentos y vaga que hice al momento de verlos por primera vez, se hacía más acertada. Beatriz serena abrió leyendo un fragmento de “Crónica de Valentina” y mientras más me atrapaban las palabras de esta poeta y me acariciaba el ritmo de su obra, más se despertaba ese sentimiento de placer poético que llevaba tiempo sin sentir. En medio de la narración de Yirama, con quién más conecté y quien seapoderó de mi atención, pude sentir esa mujer que sin querer le escribe al amor y es por el hecho que, como bien ella lo dijo, “se aparece en cualquiera de mis obras sin querer incluirlo intencionalmente porque no encuentro el amor como una unidad temática”, palabras con textura de yerra que marcaron mi pensamiento y que mientras la escuchaba leer “Parque Nevado” podía evidenciar la correcta...