Un Fin De Semana De Ballet Y Alguna Que Otra Curiosidad

Un fin de semana de Ballet y alguna que otra curiosidad
Por: Adriana Castellanos
Faltando pequeños destellos para que la penumbra de la noche asechara el teatro dueño de tantos memorables instantes,pasaba usted, yo y algunas muchas más personas frente a una fuente que albergaba menos que agua, e inmediatamente sin prestarle la mayor valía a ese detalle, nos dirigimos a la entrada de la SalaEfraín Recinos para apreciar otro espectáculo más de la temporada de Ballet Nacional 2014.
Raymonda, pequeña bailarina que, en medio de un teatro con madera de antaño y uno que otro remiendo, bailaba laalegría de su compromiso con Jean de Brienne, se hizo acompañar por ocho señoritas más; que entre algunos adelantos del compás y uno que otro desliz entretuvieron al exigente público por 30 minutos.Además de los bailes principales, Raymonda quiso agradar al público con intervenciones individuales de ella, su galante recién esposo y el séquito que los acompañaba. El vestuario era blanco confranjas verdes, amarillas y rojas, para que el brillo de la noche no se extinguiera aunque el cielo se apagase por completo.
Tiempo después se presentó la Sílfide, quien vistió junto a sus cuatroacompañantes un traje que permitía apreciar aquel orificio del que alguna vez les fue cortado el lazo que las unía con su madre. Luego de una breve intervención, el teatro decidió descansar y le regaló a losespectadores 15 minutos.
Al regreso de los 15 minutos el público estaba listo para apreciar a Carmen, quien entre el torero y dos caballeros del lugar, intentaba revelarse contra la sociedad machista yanticuada para darle paso a su plena libertad, sin condición y con ganas de amar. Un ballet más actual que dejó entre ver la capacidad del artista nacional, pues se evidenció grato esfuerzo ytalento.
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