Una brevisima historia de vida

maiInstituto carlos tejedor
La brevísima historia de una vida
Luna Ruano Dell’erba y Giulia Bauzas

Profesor: Fabián André





Los vientos huracanados de las islas del Caribe se arrastran por las costas, removiendo las arenas y doblando las altas palmeras en formas inigualables. Mi pequeña casa se ve abatida e intenta resistir las terribles ráfagas, las ventanas son golpeadas por objetosmisteriosos y las puertas se agarran a los marcos con una fuerza increíble, logrando quedarse apenas cerradas. A pesar de esto yo me encuentro sentado en un sillón mullido, frente a mí se encuentra un viejo escritorio de madera. En él, apoyadas, hay un montoncito de hojas blancas esperando a que el bolígrafo se encamine y las encuentre. Un gran suspiro se escabulle por mis labios y mis cejas se unen enun ceño fruncido a causa del dolor de espalda surgido de mi edad, refunfuño y me centro en el objetivo. Miro el bolígrafo, sintiendo inquietud, no todos los días decido escribir la historia de mi vida, pero es hora, no hay más tiempo. Las hojas blancas me miran desafiantes, la luz cálida me da comodidad y el ruido de la lluvia tranquilidad, respiro profundamente y empiezo a escribir.


Largasautobiografías han sido escritas, con grandes hechos, pero hoy no voy a contar una simple historia de vida con hechos cronológicos totalmente aburridos, solamente quiero contar lo extraordinaria que una vida puede llegar a ser. Para poder empezar con este relato, voy a contar de dónde vengo y cómo tengo hoy un pensamiento alejado de la realidad ajena.
Mi madre era una orgullosa italiana, con uncorazón puro y lleno de amor, a finales de la segunda guerra mundial y con tan sólo dieciséis años quedó embarazada. El hombre que ella amaba y que le había dado el regalo de producir vida murió, por esto ella tuvo que dejar su país con un vientre de ocho meses y tomar un transatlántico que la llevara a una vida alejada de la guerra. En medio de ese viaje tan peligroso y turbulento, su cuerpo yacansado de soportar el peso de dos vidas decidió liberarse de una, de esa manera en medio del atlántico con una temperatura de 0º y un cielo estrellado nació un bebé, sin nacionalidad, en un territorio de nadie, en un territorio del mundo. Ese pequeño recibió el nombre de Atlantis, haciéndole honor al viejo océano en el cual nació. Ese soy yo.
Mis primeros años de vida fueron muy fluctuantes, era uninmigrante en tierra americana. Estados Unidos había sido nuestro destino y mi madre sin entender una sola palabra de inglés tuvo que superar varios obstáculos hasta lograr una estabilidad financiera. No creo que este relato sea para hablar de calumnias, por eso, los malos momentos de mi infancia prefiero saltearlos y remontarnos a mis diez años.
Recuerdo el primer día de escuela como si fuerahoy, el sol me daba fuertemente en la cara mientras entraba dando pisotones por la puerta del instituto St. Marie, el uniforme era apretado e incómodo, la corbata me ahorcaba y el saco me impedía levantar los brazos más allá de mis hombros, los zapatos eran sumamente inadaptables al pie humano, como cuando un bebé intenta meter un cuadrado en un círculo, sinceramente horrible. Noté las miradascuriosas de varios alumnos que venían a esta escuela desde que sus labios produjeron su primer sonido pero ninguno se atrevió a hablarme, -cobardes- pensé. Mis pies se movieron con rapidez al aula que me habían designado, me acordaba de memoria el camino ya que había recibido un recorrido completo por parte de la secretaria el día de mi inscripción. La gran cantidad de pasillos, aulas, habitaciones sinningún uso en especial, parques abiertos y cerrados, laboratorios y todo lo que se le pueda ocurrir a la mente humana eran sumamente impresionantes, a tal punto que si no prestabas atención cada vez que doblabas, pasarías horas buscando un aula. Por fin llegue al salón, era enorme, miré el fondo y encontré el mejor lugar en una esquina con la ventana al costado, sorteé los bancos y me ubiqué,...