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El proyecto de vida es una cuestión compleja, que incluye idas, vueltas, intentos, aciertos y errores, en la toma de decisiones. La construcción de un proyecto de vida involucra diversos aspectosdel ser humano: lo emocional individual, lo laboral, lo profesional, los vínculos interpersonales, que van reformulando redes en las que este proyecto se va definiendo y redefiniendo.
Winnicott (1972)plantea: “Ningún ser humano se encuentra libre de la tensión de vincular la realidad interna con la exterior, y el alivio de esa tensión lo proporciona una zona intermedia de experiencia”. Así, eneste lugar de transición entre lo interno y lo externo, serían las experiencias transicionales las que constituyen el motor inconsciente, la base pulsional de la vocación. Éstas, se acompañan defantasías, vivencias y sensaciones que pueden ser puestas en palabras y permiten nombrar, descubrir, conectarse con aquello que se puede denominar “impulso vocacional”[4]. Este impulso además del o de losobjetos vocacionales constituiría la dinámica de la vocación, la cual se puede descubrir conectándose con actividades placenteras del presente y del pasado, vivencias atravesadas por un hilo conductor,una continuidad que podría llevarnos hasta los juegos de la infancia.
Un ejemplo que menciona Messing es el siguiente: un adulto recuerda que, de chico, uno de sus juegos favoritos, era “sacar lasbasuritas y palitos que impedían que el agua fluyera por los caminitos que se formaban después de la lluvia”. Primero se recibió de médico y después, como psicoterapeuta, siguió encontrando satisfacciónen ayudar a “remover los obstáculos que impiden el libre fluir” de la vida de las personas.
Y analiza que “descubrir el impulso vocacional es conocer un eje organizador de la identidad; es descubrir aposteriori qué vivencias de dolor o frustración personales, o familiares, se tuvieron que transformar creativamente para generar protección. Permite, además, valorizar el recorrido a través de los...