Van a por la educacion

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Van a por la educación
El recérte ha llegado al mundo educativo. En un país que

to que supusieron la llegada masiva de inmigrantes y el

no logra aléjarse del abismo de la recesión y del naufragio financiero, algunas comunidades autónomas han sacado la tijera encolegios e institutos para cuadrar cuentas. iUn aviso de mayores ajustes? Pocos lo dudan' Para
muchos especialistas este camino representa una enor-

aumento de la escolarización obligatoria de t4a 16 años.
Cuando por fin se atisbaban los primeros resultados, el
vendaval económico amenaza con arrasar el brote verde'
Ahora los profesores se aprestan a defenderlo con uñas y
dientes. ZPero esposible librar a la educación de los
recortes cuando el país entero arde en llamas? ZEs inevitable? ZO es simplemente un error histórico? Este es el
escenario de la batalla que se avecina.

me equivocación, que devolverá al pasado a la educación
española justo en un momento en que el sector, tras 10
años de esfuerzo y críticas, había logrado digerir el impacEL PAfS DOMfNGO 11.09,11.lli,.,l

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No diga gasto, diga inversión
"LA socEDAD DEBE CoM?RENDER que la educ¿ción no es un
gasto, es una inversión", insiste Franc¡sco Imbemón, catedratico
de D¡dáctica de la Universidad de Barcelona. Repetida hasta la
sac¡edad, esta idea se basa, entre otró cosas. m multitud de
esfudios que han ¡ntentado medir la rentabilidad de Éda euro
gastado -por ejemplo, por el Estado* en laenseñaua. Y los
resultados son, básiúmente, que sale a cuenta gastar (d invertir):
de cada euro se scan dos, según un informe de 2009 de la
OCDE. Los espec¡alistas intentan nedi tanto la rentabilidad
individual como la colectiva, la social, La pr¡mera es más clara (un
7,5% más de sueldo en e¡ fuiuro por mda año más de educación);
sin embargo, Ia social
mucho más complicada, pues se tmta detener en cuenta no solo lo que ¿lguien con más estudios paga de
impuestos (cobm más, evita mejor el paro), s¡no si gasta menos
en Mnidad e, ¡ncl6o, s¡ delinque menos, lo que también redunda
en un ahorro. Son más controvert¡dos, pues, los resultados
concretos (como los que da la oCDE), p€m, en cualquier €so,
seña'an que también es muy rentable en
sentido.

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Pero 6¡mismo indicanque los benefcios colect¡vos son mayores
cuanto más jóvenes son ¡os alumnos (hóta los 12 anos, en 16
etapas jnfant¡l y pr¡roria) y van dscendiendo hasta llegar a la
Universidad, donde la rentabil¡dad personal r$ulta mucho mayor.
Así lo señala José,García-Montalvo, mtedn4üco de Economía de la
UniversidadPompeu-FabE de Barcelona. Tarito él como otros
specialistas -el director del hforme Pie dela oCDE. Andreas
Schleicher, por ejenplo- dicen que, siendo asi, si hay que recortar
en alguna parte la inversión públiÉ, mejor hacerlo en los campus.
La mayoría de los rffiries que se han hecho en los sectores
educativos de Reino Unido e ¡talia lo han sido en la Universidad, en
forma de matrículas más €ras para los estudiantes.
Sin embargo, además del coste social y polítjco inmediato quesupone subir el prs¡o de la universidad públ¡ca en tiempos de
crisis (como han podido comprobar en Reino Unido e ltalia),
muchos insisten en que, aunque quiá san más bajos, los
Émpus también produen unos rendimientos socials pos¡t¡vos.
"A través de los impuesios reüudados. ¡os t¡tulados de las
universidades devue¡ven a lm arcas públicas 1,35 euros por cada
euro que el sector público gastó",se lee en un ¡nforme de 2009
del lnsiitúo Valenciano de lnvestig¿cions Económicas, sobrejos

cerúos universitarios de esa comunidad.
Y todo ello sin tener en cuenta elementos de

€lidad del gasio
eduÉtivo, es decir. sjn valonr si el dinero se esti gastando de la
mejor manera posible. El minist¡o de Educac¡ón, Angel Gabilondo,
reclamaba la sqmana p6ada un sfueuo en inversión eduÉt¡va, a...