verano
Este verano he sido enviado solo con George, Edward y Edmund permanecen junto a padre por ser los mayores mientras que nosotros dos pasaremos los siguientes dos meses con nuestro primo Richard Neville y susdos hijas, Anne e Isabel. Ambas son de nuestra edad, o por lo menos dentro del mismo rango, y sueñan con convertirse en reinas de Inglaterra. La noche anterior las he pillado por accidente hablando sobre las prendas de gala de Margaret de Anjou y al descubrirme observándolas y escuchándolas, Isabel ha echado un grito y escondido bajo las mantas mientras que Anne simplemente se ruborizó y me pidiócortésmente que dejase de espiarlas. ¡Pero no estaba haciendo precisamente eso! La curiosidad me había ganado un poco y quería saber de qué iban las charlas entre la corte, pues la de nosotros los hombres se limitaba en guerra, poder y riquezas.
Tomo un respiro, salir a dar una caminata bajo el sol del mediodía ha sido la peor idea que se me ha ocurrido en mucho tiempo, me siento agotado, asoleadoy sediento pero al ver el camino de regreso a la entrada del castillo me siento todavía peor por lo que me recrimino a mí mismo de no haber traído una cantimplora conmigo. A mí alrededor todo parece tranquilo y ahora que me he sentado bajo un gran árbol plantado junto a los rosales comienzo a hacerme a la idea de que no moriré deshidratado, he sido bastante exagerado como diría Edward perotampoco me importa. Siempre quiero estar preparado para lo peor, pues estando en la corte, siendo hijo de un duque y una duquesa, miembro de la casa York, corro los peligros de muerte más grandes. Si los Lancaster caen, nuestra casa subirá al reino, y si eso llegase a suceder, entonces también seré duque y estaré rodeado de enemigos cada día de mi vida.
Ser duque. Uno de los sueños de mi señora madre,aunque ella en realidad siempre ha querido todo lo mejor para George, su hijo antes de mí. No sé qué tiene él de especial que no tengamos Edmund, Edward y yo, pareciera que es su favorito sobre todos nosotros lo cual admito me hace sentir un poco celoso pues aunque ella no nos quiera, yo si la quiero. Me ha dado la vida y debo estar agradecido. A la distancia logro ver a George, seguramente...
Regístrate para leer el documento completo.