Viernes Santo.

1.- “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único…” (Jn 3, 16).

La Pasión.

Uno de los episodios que más estremece la sensibilidad y la fe de nosotros los creyentes, es la muerte de Jesús; lo que llamamos La Pasión. Sin embargo, hablar de La Pasión de Jesús sólo en relación a los tormentos que padeció, es una forma de reducir su vida a un momento, que si bien es crucial, no seentiende sino a la luz de sus opciones, su anuncio profético y su cercanía con las mujeres y hombres que lo acompañaron. Como dijo alguna vez alguien: “La vida de Jesús es una vida apasionada.” La Pasión de Jesús es ver al Hombre y la Mujer en plenitud, felices, luchando, construyendo un mundo mejor. La Pasión de Jesús, lo que le moviliza, aquello que dispone de todo su ser para los demás, es elamor. Esa vida apasionada, le llevó a darla toda, por completo, a quienes habían sido la causa y motor de su amor apasionado: Los/as Pobres, los/as pecadores.

Mirar La Pasión desde esta perspectiva, es una invitación que nos puede ayudar a darle una valoración distinta y quizás mayor. No podemos reducir la vida de Cristo sólo al Viernes Santo o entender que su muerte es “una anécdota” o “unaccidente.” La Pasión sólo se puede entender a la luz de cómo vivió Jesús. Desconectar su forma de vida del desenlace de ésta, hace de La Pasión una anécdota macabra. No se entiende.

Quienes “se estremecen” o “se detienen” en la forma en que Jesús fue asesinado, corren el peligro de simplemente dejarse afectar por La Pasión a nivel emocional. Si reparamos en la forma con la que losevangelistas hablan a cerca de la muerte de Jesús, veremos que es simple, concisa, escueta: “lo crucificaron”. No caen en el morbo sensacionalista o efectista con que se envuelve la muerte de Jesús y en la que nosotros muchas veces “enganchamos.” Cuando algo contiene una fuerte carga emotiva, cuando se ha vivido algo terrible y desgarrador, pocas veces se cae en la descripción detallada; la mayoría delas veces, se limita sólo a enunciar el hecho: sea para que duela menos o simplemente porque no caben palabras para describir una forma tan cruel de padecer. En Jesús, la descripción lacónica de su muerte, nos invita a ver cómo Dios solidariza con millares de muertes que han sido descritas de paso, casi de manera indolente.

Así “vivió” la muerte el Hijo de Dios hecho carne, con un dolorintenso que se esconde tras una breve frase: “Lo crucificaron”… Detrás de esas escuetas frases que leemos se esconde un terrible drama humano y un misterio. Así como Dios estaba en Jesús escondido en ese fracaso doloroso e injusto, Jesucristo está en los miles de dramas humanos que a todos nos tocan alguna vez. La Pasión, es la solidaridad de Dios con nosotros en el drama angustiante de la muerte,del absurdo, de la existencia truncada, de la injusticia, de la soledad, de la exclusión, del silencio de Dios…







La verdadera pasión de Jesús: Los/as Pobres y marginados/as.

Uno de los misterios que quizás no se logra dimensionar en sus consecuencias más profundas y reales, es La Encarnación del Hijo de Dios. Destaco esto, porque siento que a los cristianos nos ha costadoentender y caer en la cuenta de las repercusiones que tiene para nuestra vida la entrada de Dios a la Humanidad y el modo en el que entra. Si nos detenemos en este aspecto, tendremos que aceptar que el Rostro Humano de la Encarnación, es el rostro de Un Hombre Pobre. El Hijo de Dios no evade ni se escapa de vivir una realidad que es “encarnada” en millares de mujeres y hombres de aquel momentohistórico que le tocó vivir: la pobreza, la injusticia, el abuso de poder, la marginalidad, fueron parte de su vida, conformaron su entorno y definieron su misión y carácter.

No se puede “maquillar” la pobreza de Jesús. No se puede elevar o quizás homologar su mísera condición de albañil (o carpintero) a la de un constructor civil de nuestros días, de modo que se nos haga más “digerible” y aceptable...