Walter Benjamin: Revolución Y Redención, Afinidades Electivas En El Concepto De La Historia

“Walter Benjamin: Revolución y redención, afinidades electivas en el concepto de la historia”•
Gloria Rodríguez
Escuela de Antropología / UNR


Algunas palabras previas...
Leer a Benjamin no es tarea fácil. Supone no sólo recorrer el texto sino introducirse en un estado de ánimo y reflexión que va más allá de las tareas intelectivas. Requiere un estado de recogimiento, de reencuentropropio, pero no para quedar en un clima de bienhechora armonía, sino para disponerse a saltar ante un poderoso grito de atención en un instante de peligro.
El presente artículo tiene como objeto alertar sobre nuestro presente junto a este complejo pensador. Las pretensiones no van más allá de suscitar cierta curiosidad en su lectura y ofertar un “hilo de Ariadna” para transitar entre los relampagueosdel tiempo ahora (jetztzeit), la importancia de la rememoración, la necesidad de la redención de los muertos, la imperiosidad de la aplicación de los frenos de emergencia solicitados por Benjamin, exclamando que todo patrimonio tiene un origen al cual mirar con horror: “no existe documento de cultura que no sea a la vez, documento de barbarie”. En estos tiempos de peligro que -tal vezinjustificada pero intuitivamente- me recuerdan a la República de Weimar, una saludable tensión interdisciplinaria, un posible diálogo con el filósofo berlinés trae al presente que la antropología es, más que nunca, una humanidad.

La constelación intelectual de Walter Benjamin
En la obra de Walter Benjamin aparece recurrentemente la preocupación de arremeter contra lo aceptado, contra un optimismoconformista que arroja a los hombres al estado de “caída”, de inautenticidad, de pérdida de la experiencia. ¿Cómo salvarlos de esa precipitación hacia la pobreza a que los lleva irremisiblemente el progreso?
Distante de todas las corrientes, en el cruce de todos los caminos (Löwy,1997:25), su pensamiento singular -donde coexiste una profunda tradición teológica junto con una gran admiración por lasvanguardias y una adhesión al marxismo- lo coloca al margen de las principales tendencias intelectuales y políticas de la Europa de la primera mitad del siglo XX, por las que -sin embargo- no deja de transitar, como un verdadero flâneur en su deriva ciudadana .
Es M. Löwy quien encara un estudio acerca de esta peculiar tendencia desarrollada en el universo cultural judío en el último cuarto delsiglo XIX. A mediados del siglo XIX se inicia en Europa Central un florecimiento de la cultura judeo-germánica que se prolongará hasta el advenimiento del nazismo. Fruto de la combinación de esas sustantivas tradiciones, surgirá un pensamiento original cuyo común denominador era la aspiración a un mundo igualitario, con libertad y justicia, al que se accedería orientándose ya hacia la utopía, yahacia la religión, a través del socialismo libertario, la revuelta antiautoritaria, la redención y el restablecimiento de la armonía perdida. Para comprender la conjunción de estos elementos distintos y aún contradictorios que se hallan en un “campo de fuerza” polarizado por el romanticismo libertario y el mesianismo judío, es preciso partir del concepto de afinidades electivas. Define Michel Löwy“por 'afinidad electiva’ un tipo muy particular de relación dialéctica que se establece entre dos configuraciones sociales o culturales, que no es reducible a la determinación causal directa o a la 'influencia’ en sentido tradicional. Se trata, a partir de una cierta analogía estructural, de un movimiento de convergencia, de atracción recíproca, de confluencia activa, de combinación capaz de llegarhasta la fusión.” (1997:5-7). Para que exista afinidad electiva, debe haber “... una distancia previa, una carencia espiritual que debe ser colmada, una cierta heterogeneidad ideológica”, que se hace presente bajo condiciones históricas y sociales. (Löwy, 1997:15)
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