walter lippman
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I
Capítulo 1
El mundo que nos rodea
y las imágenes de nuestra mente
En 1914, un grupo de ciudadanos ingleses, franceses y alemanes residía en una
isla situada en mediodel océano. No era posible comunicarse con ellos mediante
cablegramas y el barco de vapor del servicio de correos británico sólo arribaba una
vez cada 60 días. Ya era septiembre, pero aún no habíavenido y los isleños conti
mIaban comentando las noticias leídas en el último periódico, que hablaba del jui
cio de Madame Caillaux, cada vez más próximo, por el asesinato de Gastan
Calmette. Portanto, el entusiasmo era mayor de lo habitual aquel día de mediados
de septiembre, cuando toda la colonia se reunió en el muelle para escuchar de boca
del capitán cuál había sido el veredicto. Asísupieron que los ingleses y franceses
que había entre ellos llevaban más de seis semanas luchando contra sus vecinos ale
manes en nombre de la inviolabilidad de los tratados, Durante seis extrañassema
nas habían actuado como si fueran amigos, cuando en realidad eran enemigos.
Sin embargo, esa situación tan crítica en la que se encontraban no difería mucho
de la que había vivido la mayor partede la población de Europa. Llevaban seis
semanas equivocados, mientras que en el continente el intervalo no debió de pro
longarse más allá de seis días o seis horas. Porque hubo un intervalo. Huboun
momento en que los hombres dirigieron sus asuntos como de costumbre, conforme
a la imagen de una Europa que no correspondía en absoluto a la Europa que estaba
a punto de hacer un revoltijo desus vidas. En la vida de cada hombre hubo un
instante en que aún estaba adaptado a un entorno que ya había dejado de existir. En
todas partes y en una fecha tan tardía como el 25 de julio, hubohombres que fabri
caron o compraron productos que no pudieron exportar ni importar, proyectaron
trayectorias profesionales, analizaron empresas y albergaron esperanzas y expecta
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