Yo,el payaso

YO, EL PAYASO.

ARTURO ORNELAS LIZARDI
MARZO DE 1973.

Escena I

Escenario: un cuarto de un artista en un anfiteatro. Cuando la sala está llena y el público esperando, por la puerta de acceso entra un hombre mal vestido, sucio, con la barba crecida de uno o dos días, y empieza a repartir tarjetas de visita, al mismo tiempo que, preparándose, llega a la escalera, en donde se sienta y dice:Esta noche las ganas de reír les vinieron temprano. El espectáculo comenzara dentro de treinta minutos. Todavía hay tiempo de pensar en el pasado. Todavía hay tiempo para pensar y pasar un momento reposado.
Un momento bien nutrido, ¿No creen?... (Sarcástico).
Bueno, (Doctrinal) es mejor que suelten los músculos, que estén tranquilos. Es mejor que todavía guarden un momento su risa ante unpayaso. A veces pienso cuantos payasos hay en la sala, que son más cómicos que el del escenario. Como dijo aquel: “el carnaval del mundo es un dejo de meras mascaradas donde se aprende a reír con llanto y a llorar a carcajadas”.
Pero de verdad que es cómica la gente; ¿nunca se han puesto a observarla? Los inmensos rebaños que deambulan por las calles con un sinfín de pensamientos, con un montón desentimientos encerrados en las bolas de humo de cigarros y camiones. ¡Ah, el infinito mundo poblado de cabezas! Pero, bueno… (Empieza a arreglar el desorden de la pieza).
Todas las cosas se parecen a su dueño.
Desorden por todos lados cuando el alma anda borracha, perdida.
Cuanta inmundicia amontonada poco a poco, esperando ser arreglada.
Esperando pacientemente a ser destrozada. Quizá un díade estos regrese mi alma oliendo a rosas y se meta al trabajo para ordenar todas estas cosas.
(Botando un trapo), ¡ilusión! Ilusión que yo me hago (viéndolo todo con desprecio, saca una fotografía del cajón del escritorio, mirando el reloj de la pared), aun hay tiempo y esta noche tengo ganas de hablar, de decir no importa que, si de todos modos todos estamos malditos.
Yo creo que todos seacuerdan de ese día que fuimos benditos.
(Mirando la fotografía), A ti, te voy a contar una historia; a ti, te voy a contar, pedazo de papel arrugado y amarillento, esta noche siento que me desboco. Esta noche quiero olvidar que cuando empiezo a contar, a ser yo, a expresarme, la gente, toda esa gente me llama loco.
Como si ellos estuvieran exentos de pecado.
Como si a veces no perdieran, como yotambién, el coco.
Qué bueno que tu no sepas, papel con figuras químicas, que bueno que no sepas, que no conozcas sus malditas mímicas.
¡Ah, mi historia!...
Era una tarde de marzo en el pequeño embarcadero; al borde del lago.
No hacía calor pero el sol estaba ahí.
No hacia frio y la brisa revoloteaba juguetona mis cabellos.
Tenía el tímido canto de las olas. Estaba en paz.
De repente, así comouna chispa que se enciende; sin razón.
Mi espíritu empezó a galopear y yo lentamente, sin querer, no queriendo, de pie…de pie me iba poniendo. Y la tenía cerca como una aparición divina. ¡Ay, amigo Arturo…! Si hubieras visto su figura. No era grande ni chiquita; me daba exacto a la oreja. Sus cabellos se volaban a la gracia de su paso, su figura era graciosa, su mirada era infinita.
Como elsentimiento que en mi crecía.
¿La amaba? ¿Dónde estaba mi normalidad y mi equilibrio? ¿Cuál era esa fuerza extraña que me empujaba? ¿Por qué? ¿Por qué – de no verla – no sentía alivio? Y la gente, ¡la gente!
Los ríos de gente me privaban de ese instantáneo placer de mirarla.
De seguirla; seguirla.
No me había dado cuenta pero estaba tras de ella.
Siguiendo sus pasos ligeros.
Siguiendo su aromaprofundo.
Al sentir sus pasos yo sentía la gloria bajo mis pies. ¿Cómo era posible sentir lo sentido? ¿Cómo era posible gozar lo no gozado? Como era posible empezar a vivir, si años ha, yo había vivido. No era posible, por el amor del cielo, ¡no era posible! (lentamente, camina buscando, encuentra).
Al pasar frente a un rosal robe una rosa. Era capaz de matar en ese instante y tener la rosa...