A laura
Rosseti contó con una modelo real para su composición, Alexa Wilding. La observación de la figura dellienzo despierta la primera inquietud. Si la moda de la época hacía a las damas de toda condición huir de los rayos del sol y la tez blanca se consideraba socialmente infinitamente más atractiva quecualquier atisbo de un mínimo bronceado, ¿fue la señorita -o señora- Wilding de tan atractiva palidez para ser escogida por el maestro?, ¿hicieron el resto los pinceles? Ojos, labios o cabello otorgan uncontraste singular. En su magnífico estudio en el catálogo de la muestra, Sally-Anne Huxtable propone que el uso del “no-color” blanco sirve para recordarnos la ausencia del esposo fallecido. Es unaidea atractiva a la que nos atrevemos a añadir una sensación extraña que roza la rebelión: la expresión de los dedos que tañen sendas liras es la propia de tocar un instrumento, pero a la vez la deretorcerse rayando la desesperación. Quizá la cara sugiera una mirada perdida. Pero las manos concentran la oposición a un destino no deseado.
Otros recursos estéticos del lienzo muestran ese dominio...
Regístrate para leer el documento completo.