J. Henderson y M. Beard, Introducción a los clásicos

El templo.
A principios del siglo XIX corrían rumores sobre un templo maravilloso construido por Ictino, el mismo arquitecto que levantó el Partenón. La fuente de estos rumores era un libro deviajes escrito en el siglo II por Pausanias. Este templo fabuloso se encontraría en una zona del Peloponeso, a 1.100 metros de altitud. El primer occidental que dio noticias de la existencia del templofue Joachim Brocher, un francés que a finales del XVIII acabó muerto por los bandidos, cuando intentaba regresar.
Un grupo heterogéneo de seis exploradores, formado por dos barones alemanes, dosarqueólogos daneses y dos arquitectos ingleses, obvió los prejuicios nacionalistas de una Europa en guerra y se embarcó unido en la búsqueda del templo. Corría el año 1811. Al poco tiempo, la expediciónencontró los restos de un templo inaudito y con una perfección formal fascinante. Pero no eso fue todo, además, descubrieron fragmentos de estatuas y parte del friso, prácticamente intacto, en 23 paneles.El inglés Cockerell, que descubrió el friso, nos dejó algunos dibujos sobre su interpretación de cómo debía ser el interior del templo en su época de máximo esplendor.
Observamos variaspeculiaridades en Bassae que merecen resaltarse. El lugar central lo ocupaba una columna distinta a ninguna otra vista antes: la primera con un capitel corintio de la que se tiene noticia. La estatua del DiosApolo se situaba en un lateral, mirando hacia las montañas. Esto era inusual.
Un templo dedicado a Apolo; más concretamente a Apolo Epikourios, el Auxiliador, el primer médico. Zeus se vio obligado amatarlo por su insolencia. ¿Por qué Bassae estaba dedicado al dios de la curación? Según Pausanias, el templo fue obra de unos artistas atenienses en agradecimiento por haber sobrevivido a la epidemiade peste que diezmó la ciudad durante la guerra contra Esparta.
El friso.
En las escenas del friso el hombre lucha con la mujer. Lo masculino se impone a lo femenino, y emplea la fuerza: hay una...