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A PRINCIPIOS DEL SIGLO
E. INMAN FOX
Recientemente ciertos historiadores, sensu stricto, han
logrado cambiar nuestra visión de la realidad histórica del
último tercio del xix a base del enfoque socio-económico
que han dado a sus estudios sobre ese período español. Capitalismo, industrialización,, desarrollo urbano, emigración del agro, unaburguesía oligárquica y un proletariado
emergente son todos factores que han de tenerse en cuenta
ya cuando se habla del "problema de España." Y esto ha dado origen a la necesidad de revisar la interpretación de cómo
ese problema se refleja en las obras literarias del 98.
El primer resultado de estos nuevos estudios sobre el 98
ha sido una reivindicación de interés de los escritores en la
"cuestiónsocial," especialmente desde la vertiente del
pensamiento de índole socialista. Pero este revisionismo
también ha desembocado en la opinión de que la ideología
y el arte de aquellos escritores se revelaron en unas claras
contradicciones que se podrían relacionar con una clase
social—la pequeña burguesía—en crisis.1 Ha sido fácil
generalizar con esta teoría tan atractiva por nueva; no ha
sidoexaminada con suficiente rigor, sin embargo, en casos
concretos de crítica literaria. Lo que pretendo hacer en lo
que sigue, entonces, es comprobar la tesis de que las reacciones de Pío Baroja a su estado socio-económico le llevaron
a asumir una "conciencia de clase" que ayuda a explicar
la problemática de sus primeras obras.
aquellos años cuando el joven Pío se enfrentaba con la necesidad deindependizarse de su vida familiar, de ganarse la
vida, se queja a menudo de sus orígenes "pequeño burgueses" y del "ambiente mezquino" que no le permitía vivir
con cierta amplitud. 3 Es decir, se venía desarrollando en el
joven Baroja una conciencia de clase que iba a llegar a plantearse en términos de problemática.
Aquí conviene destacar una experiencia más del joven
Baroja, que iba a servir paraagudizar su visión "clasista"
de la sociedad en que vivía: la de ser pequeño industrial de
una fábrica de pan. En 1896, abandona Cestona y vuelve
a Madrid para dirigir la panadería de una tía de su madre,
Juana Nessi. Este episodio en la vida de Baroja—hasta ahora
siempre comentado como dato curioso y raro de poca importancia—tuvo, creo yo, cierta trascendencia. Escuchemos
las palabras del mismoBaroja:
Cogí una época bastante mala. Era el final de la guerra
de Cuba, y la vida de la industria y del comercio de Madrid estaba decaída. Para mi empresa me faltaba capital,
y no lo pude encontrar, por más ensayos que hice. Iba,
venía, hablaba a uno y a otro. La verdad es que no encontré más que usureros. En aquella época los trabajadores
madrileños comenzaron en todas las industrias a asociarse y aconsiderar como enemigo suyo al patrono.
Entre estos obreros había gente que sabía cumplir su
palabra, pero había otros para quienes prometer y no
cumplir no tenía importancia. De amigos y colaboradores se convirtieron con una facilidad extraordinaria en
enemigos de los industríales, pequeños o grandes, tuviesen éstos para ellos atenciones o no las tuvieran.
Trabajé durante seis o siete años, conesperanzas de
manumitirme, y cuando vi que no salía a flote, que la
probabilidad de ser un rico industrial era cada vez más lejana, me desmoralicé, perdí la esperanza definitivamente, me sentí fracasado y me dediqué a escribir artículos
y luego a acudir a las redacciones.4
Baroja fue hijo de un ingeniero de minas—es decir, funcionario del Estado—y por todo lo que sabemos de la juventud delnovelista parece seguro que se criaba en el seno de
una familia con medios económicos más o menos modestos.
Por lo menos así lo veía el mismo Baroja según las muchas
alusiones que hace a la situación económica familiar en sus
Memorias. También está claro que el joven Pío se preocupaba por su propio futuro social y económico que, según
él, no se le presentaba muy aliciente. Justo antes de terminar la...
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