Analisis Antuco
Sergio Espinosa V. – El Mercurio – 03 de julio de 2005
La investigación del ministro en visita Juan Arab revela cómo una cadena inexplicable de decisiones erradas, omisiones injustificables y descoordinaciones desembocaron en 45 muertes que eran perfectamente evitables, y por las que los siete procesados del caso aguardan su sentencia definitiva.
Laúltima vez que una campaña invernal de instrucción del Regimiento Reforzado N°17 "Los Ángeles" había tenido como escenario el sector de "Los Barros", en los faldeos del volcán Antuco, en la precordillera de la VIII Región, había sido en mayo de 1987. Según reconoce una fuente que estuvo ahí, las rudas condiciones reinantes provocaron casos de hipotermia en los soldados, por lo cual, a partir deentonces, dicha actividad se trasladó a la más benigna zona de Laguna Verde.
Sin embargo, el 28 de abril pasado, el comandante del regimiento, coronel Roberto Mercado, tomó una decisión que marcaría el inicio de una cadena de errores y omisiones que terminarían provocando la mayor tragedia ocurrida al Ejército en más de 100 años, echando por la borda la carrera de siete uniformados y -más grave aún-causando la muerte a otros 45.
Ese día, Mercado concluyó que Laguna Verde ya no reunía las condiciones sanitarias mínimas requeridas para una campaña, debido a la instalación de un vertedero en las cercanías que ponía en peligro la salud de sus hombres.
Así, el 29 de abril el coronel estampó su firma en la orden del día N°84, disponiendo que el período de instrucción básica del recién llegadocontingente de soldados conscriptos de su unidad, se trasladaría nuevamente al refugio "Mariscal Alcázar", en "Los Barros".
Sin embargo, como está consignado en la investigación que sustancia el ministro en visita Juan Arab -quien sometió a proceso a Mercado y a otros seis subordinados suyos la semana pasada-, dicha disposición adolecía de dos omisiones.
No sólo no detallaba las condiciones deseguridad que se debían cumplir para esa actividad, limitándose en cambio a reenviar normas generales que debieron adaptarse al clima y el terreno elegido para la campaña.
Tampoco incorporó las "Instrucciones para el Nuevo Proceso de Instrucción y Entrenamiento de Aplicación en el Ejército" -que consideraba el "Período de "Especialización Técnica" que harían los soldados- impartidas el 5 de mayo por elcomandante en jefe de la II División de Ejército a todas las unidades de la región.
Básicamente, estipulaban que el contingente podía desarrollar marchas por un máximo de 85 minutos o de 5 kilómetros, cargando un equipo de 7 kilos como peso máximo y en condiciones atmosféricas normales. Nada de esto se cumpliría.
Cadena de errores
Entre el 5 y el 7 de mayo las cinco compañías delregimiento partieron a "Los Barros". Allí, los 473 uniformados -347 de ellos conscriptos, varios de ellos excitados porque conocerían la nieve- quedaron al mando del comandante del Batallón de Infantería, mayor Patricio Cereceda. Desde ese día, cuatro enlaces radiales -a las 8, 12, 18 y 20 horas- comunicaban al regimiento con el refugio.
Al mediodía del 14 de mayo, el mayor envió un documento a susuperior directo, el comandante Luis Pineda, quien era el Jefe de Instrucción del regimiento, proponiéndole fechas y horas para la marcha de regreso a Los Ángeles. Dos días después, Pineda le responde que el plan había sido aprobado por Mercado.
Con ello, el juez consignó que tanto Mercado como Pineda, al ignorar las instrucciones del comandante en jefe de la División, actuaron contra el reglamentovigente y no previeron que el deficiente equipamiento de las tropas y la insuficiente instrucción recibida por los soldados -considerando que habían iniciado su Servicio Militar en abril- les impedían enfrentar una crisis en la montaña.
El plan de Cereceda era en apariencia simple: las cinco compañías y el pelotón logístico debían regresar a pie desde "Los Barros" hasta el refugio "La Cortina", a...
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