Autobiograf a de Darwin
escrita para sus hijos. El autor se muestra contenido y ecuánime en sus opiniones acerca de los demás y de sí mismo, y parece revelar una integridad que otras veces he visto en los científicos, al opinar acerca de su obra y sus méritos.
Dice que influyó en su vocación científica la lectura de dos obras: Personal Narrative (Relato íntimo) de Humboldt e Introduction to thestudy of natural philosophy de sir J.Herschel. Como libros favoritos y de viaje tenía La excursión, de Coleridge, y El Paraíso perdido de Milton. Le parece maravillosa la obra de C.K.Sprengel El secreto de la naturaleza descubierto, y admirable una obra de G.Bell sobre las expresiones.
Cuenta también sus disputas con Fitz-Roy en el Beagle, una de ellas a propósito de la esclavitud “que él defendióy alabó, cosa que yo abominaba”, insiste en el asunto al criticar duramente a Carlyle, cuyas opiniones sobre la esclavitud “eran repugnantes”.
Hay una opinión acerca del avance de la ciencia que suele atribuirse a Einstein y también a Kuhn, pero que Darwin formuló antes:
Me recordó [Lyell] que hacía muchos años, cuando discutíamos sobre la oposición de la vieja escuela de geólogos a sus nuevoscriterios, yo le había dicho: “qué bueno si todos los científicos murieran a los sesenta años, ya que después es seguro que rechazarían toda nueva doctrina.
Ello significa que para que un nuevo paradigma, en terminología kuhniana, llegue a imponerse plenamente, se tienen que morir de viejos los defensores del antiguo paradigma. Pero no siempre es así, espero.
Su resumen del asunto de la prioridadcon Wallace es muy sincero, admitiendo que el ensayo de aquél contenía “una teoría exactamente igual a la mía”.
Durante muchos años he seguido también una regla de oro, a saber, que siempre que me topaba con un dato publicado, una nueva observación o idea que fuera opuesta a mis resultados generales, la anotaba sin falta y enseguida, pues me había dado cuenta por experiencia de que tales datos eideas eran más propensos a escapárseme rápidamente de la memoria que los favorables.
Es beneficioso demorar la publicación de un libro pues tras un largo intervalo, una persona puede criticar su propia obra casi tan bien como si fuera de otro.
En 2000 añadí este comentario a la primera cita, la de la regla de oro:
A menudo, es cierto, sólo encontramos aquello que buscamos. Nuestros prejuicios yexpectativas condicionan nuestra observación y solemos ser ciegos a todo aquello que va en contra de nuestras hipótesis.
Y en 2004, en el blog Love at first byte, comenté el comemntario anterior:
Tengo la sensación desde hace un tiempo de que este problema, que es semejante al punto ciego del que habla Goleman, se ha acentuado con el cambio de siglo y que se está extendiendo cada vez más una manera dever el mundo que sólo es capaz de contemplar la parte iluminada. Iluminada por la propia linterna del que mira.
Parece que hay una especie de fatalidad en mi mente, que me induce a empezar expresando de forma equivocada o torpe mis afirmaciones o proposiciones. En otro tiempo solía pensar las frases antes de escribirlas, pero desde hace varios años he descubierto que ahorro tiempo garabateandopáginas enteras con la mayor rapidez posible y con malísima letra, abreviando la mitad de las palabras, y corrigiéndola luego pausadamente. A menudo las frases escritas aprisa de este modo son mejores de las que pudiera haber escrito tras larga meditación.” Y continúa diciendo sobre su método de trabajo: “primero hago un grosero esquema de dos o tres páginas y luego uno más extenso en algunas más, enel que pocas palabras o una sola representan toda una disquisición o una serie completa de datos. A su vez, cada uno de estos títulos es ampliado y a menudo cambiado de lugar antes de empezar a escribir in extenso.
Este es también mi método de trabajo habitual. Por cierto, que en lo del estilo, creo, como Darwin, que es importante no querer hacer literatura, sino buscar la mejor manera de...
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