Banderazo River
El día estaba nublado y se había pronosticado lluvia, pero no fueron motivos para que los miles de hinchas de River que esperaban el ansiado momento, se reúnan a realizar la caravana desde Figueroa Alcorta y Tagle, hasta el estadio monumental.
Luego de 9 meses de espera, “El frente Ángel Labruna” arrancó la jornada desde las 8 de la mañana en el club para ultimardetalles, pocos minutos después, el camión que trasladó la bandera más larga del mundo, recorrió los 6,2 kilómetros que lo separaban del punto de partida a una fiesta sin precedentes.
Allí en canal 7, lugar que estaba la vieja cancha del Millo, lo esperaban los primeros grupos de hinchas, los que no pudieron dormir producto de la ansiedad por el acontecimiento histórico que se vendría, los colectivosaparecían repletos con miles de anfitriones. Aunque ya para las 11, la cantidad de gente fue tal, que a esa hora resultó imposible no cortar el tráfico de una de las esquinas más transitadas de la ciudad. No solo se trato de hinchas común, sino que había aficionados famosos, como Nito Artaza, entre otros.
El barrio de Palermo quedó tomado por los hinchas de River. Supermercados, kioscos, bares,estaciones de servicio y todo lo que estuviera a cuatro cuadras a la redonda, se transformó en rojo y blanco. La explanada de canal 7 se convirtió en una prolongación de los alambrados del monumental: cientos de banderas, las de siempre y las de ocasión, flamearon de una punta a la otra del edificio de TV Pública.
Entonces para las 13, no solo estaban los somnolientos, sino que se trataba de másde 60.000 aficionados de la banda de todo el país: Buenos Aires, Capital y el interior, hasta del exterior, como la filial de Barcelona, como no podía ser de otra manera, también tuvo a sus representantes en esta fiesta riverplatense, que comenzó custodiada por una gigantografia espectacular que emuló al viejo estadio.
Hasta que al fin a las 13.36 horas, llegó el momento tan esperado. La banderamás larga del mundo bajó del camión, para comenzar a copar Buenos Aires. Entre miles de voluntarios, fuegos artificiales, y un “soy de River” que tronó como nunca y algún que otro mensaje para el presidente, con el “Passarella botón, Passarella botón vos sos hincha de boca…”, el trapo empezó a desandar las 62 cuadras hasta el Antonio Vespucio Liberti.
La gente estaba feliz, llevando el trapo,entre todos ayudaban, por momentos se rompía la bandera porque quedaba tirante, y se paraba por unos minutos la caminata, se escuchaba un “¡paren y vayan para atrás que no quede tirante!”, sé solucionaba el problema con otro grito de “¡vamos, sigan, si se corta dejen y vayan hasta la cancha, esto tiene que ser una fiesta!” y luego se continuaba el recorrido, y así hasta llegar. Era desesperante vercomo se descocía hasta romperse, todos se ponían mal, otros cantaban y alentaban por el millo, más bombos, tambores, hasta banderas flameando como estando en la cancha durante un partido de fútbol.
Los niños pequeños hacían puntita de pie con alegría y emoción para tocar el manto rojo y blanco, pero no alcanzaban, corrían de un lado a otro junto a sus padres y hermanos jugando debajo del lienzo,había otros que bailaban al compás de los bombos y los cánticos.
El cansancio se sentía, la sed y el hambre se asomaba, algunos pedían agua aunque no se conocían, se convidaban, otros esperaban un puesto o que llegara un vendedor de gaseosas y hamburguesas, hasta que por ahí ven un puestito de choripán, había quienes se desprendían para comprar algo para comer, pero los demás no querían soltarla divina tela hasta llegar a destino, que decían que seguramente en el estadio había para comprar.
Los organizadores cada tanto aparecían para ver como iba el viaje y si se seguía cortando, cuando eso pasaba empezaban las puteadas por la bronca, no debía romperse por nada del mundo, pero era imposible.
El monumento a San Martín y el planetario fueron los primeros testigos históricos del...
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