Comentario
Los ensayos sobre la Guerra de la Independencia resaltan la división del país
MIGUEL ÁNGEL VILLENA Madrid
Ni el pueblo fue una piña en su lucha contra el invasor francés, ni todos estaban en contra de Napoleón, ni el conflicto discurrió igual en unas zonas de España que en otras, ni los guerrilleros respondían a unos mismos objetivos, ni las élites estaban deacuerdo sobre el régimen político a apoyar. La Guerra de la Independencia (1808-1814), cuyo bicentenario empieza a conmemorarse, figura entre los periodos más marcados por mitos, por tópicos o por versiones políticas interesadas. De cualquier modo, los historiadores que más han estudiado la época coinciden en que el país se dividió entre absolutistas y liberales, entre Ejército regular yguerrillas, entre afrancesados y patriotas...
Algunos ilustrados, como Goya o Jovellanos, sufrieran en sus carnes y en sus almas el desgarro entre su simpatía por las ideas reformadoras de los franceses y su condena por los abusos de esos mismos ocupantes. Un baile de coronas (Carlos IV, Fernando VII y José I) en medio de una guerra en la que resultó decisiva la intervención de Inglaterra. Enuna palabra, un conflicto muy alejado de esquematismos y que es abordado por novelas y ensayos que han aparecido recientemente en las librerías o que lo harán durante los próximos meses, junto a exposiciones y debates.
Ronald Fraser, historiador nacido en Hamburgo en 1930 y formado en Inglaterra y en Estados Unidos, un gran especialista en la España contemporánea, resume así las claves deldebate. "Lo más importante", explica, "es deshacer los mitos de aquella guerra, esa supuesta espontaneidad de los levantamientos populares del 2 de mayo de 1808, cuando en realidad fueron grupos de partidarios de Fernando VII los que instigaron las revueltas. Desde el comienzo de la ocupación, los viejos ilustrados eligen la modernización que representaba los franceses, frente a losfernandistas, que eran más bien reaccionarios. Bien es cierto que los dos bandos confluyen en algunas cosas cuando se discute la Constitución de Cádiz en 1812".
A juicio del profesor que más ha estudiado la historia social de aquella guerra, "el -mito de una reacción unánime contra Napoleón fue alimentado por los liberales a lo largo del siglo XIX para crear el concepto de una nación española". Frasersonríe cuando reconoce que una de las grandes paradojas de la Guerra de la Independencia y de las Cortes liberales gaditanas fue el posterior regreso al absolutismo que encabezó Fernando VII. A partir de un cierto momento, según Fraser, se extiende el rechazo popular a la invasión napoleónica y a la imposición de su hermano José Bonaparte como rey. "No obstante, las clases dirigentes se debatenentre la condena de la invasión, el apoyo a las ideas ilustradas y la desconfianza ante una plebe incontrolada. Para muchos españoles, tornar partido en aquella contienda fue un grave dilema moral".
El profesor Javier Fernández Sebastián, otro experto en la época, también coincide en que el liberalismo, muy distinto y más endeble que el francés o el inglés de la época, creó el mito de lanación española. "Además", afirma, "hay que reseñar que las ideas de patria o de independencia tenían un significado muy distinto del que podemos interpretar hoy, y en el análisis histórico siempre resulta fundamental ponerse en el lugar de los agentes sociales de cada momento. No podemos alinearnos con liberales, absolutistas o afrancesados desde actitudes actuales y cada vez más la historiaapunta a buscar la razón de cada cual".
Después de manifestar que la Constitución de Cádiz, que se elaboró en mitad de la guerra y en plena efervescencia liberal, fue demasiado avanzada para la época, Fernández Sebastián subraya que esa revolución que alumbró el conflicto contra el francés se extendió a la América española, cuyos países empezaron a proclamar sus independencias de la Corona...
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