DERECHO A LA DIFERENCIA Lectura_6 _Derecho_a_la_Diferencia
OLIVÉ León. (compilador)1997.
Ética y Diversidad Cultural.
Bogotá D.C: Fondo de Cultura Económica.
Ética — Módulo No 3
Lectura No6
El DERECHO A LA DIFERENCIA.
Victoria Camps
AL CUMPLIRSE el bicentenario de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, un grupo de jóvenes
representantes de todo el mundo ha hecho pública una Declaración nueva en la que se subraya, entreotras cosas, el
valor de "las diferencias particulares". Un derecho —el de las
diferencias— no recogido en la Declaración de 1789 que enarbolaba otras reivindicaciones entonces más urgentes, concretamente la igualdad básica de todos los humanos y las libertades políticas. El valor de las diferencias aparece, luego,
una vez que han sido aceptados teóricamente los derechos
anteriores y, en ciertomodo, como réplica a los mismos. El
romanticismo y las filosofías de la historia dan la espalda a la
abstracta razón de la filosofía de las Luces para venerar las
tradiciones, las costumbres, las identidades colectivas. Todo
un proceso de culto a lo fáctico y a lo existente que culminará
con el método genealógico y desenmascarador de absolutos
de Nietzsche.
La diferencia, sin embargo, parece oponersey contradecir el sentido universal inherente a la ética, cuya función es
delimitar algo así como "la idea común de humanidad". A
esa idea pertenecen valores y derechos como la libertad y
la igualdad, la justicia y la paz, la dignidad y la educación.
Y ninguno de ellos permite ser entendido como peculiar de
un grupo o de un momento histórico. Son valores y dere-
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choshistóricamente reconocidos y conquistados. Y, por lo
mismo, universalizables: quien reniegue de ellos o pretenda
desarrollarse a sus espaldas lo hace también a espaldas de la
ética.
Reconozcamos, al mismo tiempo, que esa innegable tendencia hacia la conquista y el reconocimiento de lo universal va acompañada también de la convicción de que la ética
nace del conflicto: del conflicto, precisamente, entrelo universal y lo particular, entre lo establecido por la ley o la costumbre, y el individuo que se siente maltratado o hecho de
lado por esas leyes y costumbres. Antígona, Sócrates, Epicteto son ejemplos antiguos, encarnaciones del conflicto ético.
El Nuevo Testamento, por su parte, proclama el mensaje de
que la ley se hizo para el hombre y no al contrario. Y en la
Modernidad, los derechoshumanos nacen como el derecho
de cada individuo a ser protegido de intervenciones o agresiones innecesarias. Si existe un derecho primario a la vida y
a la igualdad, éste debe quedar indeterminado a fin de que
no ponga en peligro el otro derecho básico que es el derecho a la libertad. Y, finalmente, habrá que reconocer que
ha sido este último derecho el que ha prevalecido sobre el
anterior. Nuestrotiempo ha consagrado el valor indiscutible
de la democracia liberal, el triunfo del liberalismo político y
económico sobre cualquier utopía social.
La determinación de los valores universales tiende a hacerse a partir de uno de los dos criterios siguientes: a) el
de la imparcialidad y el de las consecuencias. El primero es
el característico de los trascendentalismos al estilo de Kant
o Rawls: desdeun supuesto estado de naturaleza —o de
ignorancia—, desde una supuesta razón universal, se determinan o se deciden los principios fundamentales de la justicia. Tal criterio fue calificado lúcidamente por Quine como
del "exilio cósmico", puesto que ponerlo en práctica representaría salirse del mundo y, desde fuera, comparar y juzgar todas las perspectivas opuestas. ¿Cómo se consigue ese
punto devista omniabarcador y omnisciente? Se trata de un
criterio, en realidad, falso: no hay razones para creer en la
supuesta homogeneidad del hombre presocial; por otra parte,
no juzgamos desde una ignorancia o desde una imparcialidad
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imposibles, sino desde un saber que constituye nuestra historia, desde unas convicciones de las cuales es muy difícil que
podamos...
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