Diario De Una Mujer
MUJER
Por: Eva María Boyero Mayo.
Título: Diario de una mujer
Copyright De los textos: Eva María Boyero Mayo
Copyright De las características de esta edición:
Eva María Boyero Mayo
Editado por: Eva María Boyero Mayo
Primera edición:
Depósito Legal:
ISBN: 1408251822461
Prohibida la reproducción total o parcial de esta
obra mediante impresión, fotocopia, microfilm o
cualquierotro sistema, sin permiso escrito del
autor.
Dedicada a todas aquellas mujeres que aún rotas
en su interior, supieron echarle coraje y ganas a
la vida para seguir soñando.
ÍNDICE:
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
Capítulo 1
Diario de una mujer.
Por: Eva María Boyero Mayo
Día 1.
El encuentro.
La mañana se dibujaba lluviosa a través de la
ventana de mi habitación. El sonido del
despertador, hizo que una parte de mi intentara
despertar de su letargo, pero parecía imposible.
En el segundo intento, deslicemi cuerpo fuere de
la cama, descalza me acerque a la ventana y
contemplé como la suave lluvia mojaba las flores
del jardín. Abrí la ventana de par en par, ¡me
encanta el olor a fresco de la lluvia!, quería que
ese olor impregnara la habitación.
Después de aspirar el aroma, me dirigí al baño.
Me despojé del pijama y metí mi cuerpo bajo el
chorro de agua fría, necesitaba despertar.
Mientras sentíasobre mi piel la helada caricia,
podía ver como el vapor del agua salía de mi
cuerpo, haciendo que mis músculos se
tonificaran.
Dejé que el agua se deslizara desde mi nuca
mientras me apoyada en la pared, mi mente me
decía que el día de hoy sería igual que el de ayer
; una sonrisa se dibujó en mi rostro, o por qué no,
quizás sería el día perfecto.
Salí de la ducha, envolví mi cuerpo en una grantoalla y cepille mi pelo. Me dirigí de nuevo al
dormitorio, donde deje caer la toalla sobre la
alfombra, y a si desnuda me paré frente al
armario, intentando decidir que ponerme. El
ligero fresco de la mañana, envolvió mi cuerpo,
haciendo que un escalofrío lo recorriera,
mmm...que sensación más agradable.
Al final lo de siempre, privó la comodidad, con
mis vaqueros, esos que te resistes a tirar delo
bien que te ves con ellos, y aquel jersey al que le
pasa lo mismo.
¿Por qué será, que cuando no hay mariposas
revoloteando en tu estómago, te es indiferente lo
que te pones? vaquero o traje, te da igual, por lo
menos a mí me pasa. Miré el reloj, como siempre
la ducha fue demasiado larga. Acelerada tomé un
café y salí volando a coger el autobús.
Como siempre, por las prisas, olvide elparaguas.
Aunque en definitiva, me gusta cuando la lluvia,
la suave lluvia, moja mi cuerpo.
Llegué a la parada del autobús, y las tres
personas que allí estaban, con asombro, me
miraron, ¿sería porque a lo tonto estaba
empapada?
Llego el autobús, lleno de gente, lo clásico a esta
hora. Como pude me acomode sujetándome a la
barra, y allí entre una señora bañada en un
perfume algo mareante, y el señor que nodejaba
de mirarme raro, llegue a mi destino. Uf, respiré
aliviada. Y como no, seguía lloviendo.
Un día más, me dije frente al restaurante, donde
trabajo. Respire profundo y traspase las puertas.
Allí estaban mis compañeros, pero no es que yo
llegara tarde, es que ellos llegan demasiado
temprano.
Dirigí mis pasos a cambiar mis empapadas ropas,
por el uniforme de trabajo. En aquel pequeño
cuarto,intente quitarme los vaqueros, pero se
resistían, lógico, estaban empapados. En un
último esfuerzo lo conseguí, ¡bien! , sequé mi
cuerpo con una toalla, diminuta toalla, por cierto,
siempre se me olvida traerme otra más aparente.
No es que sea demasiado olvidadiza, si no, que lo
que no es realmente importante, se me pierde en
el camino.
Ya disfrazada de chica buena, con corbatita y
todo, salí a...
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