EL DERECHO NATURAL EN EL PENSAMIENTO ROMANO.Ensayo1
[Primera entrega]
Introducción
La especulación griega logró profundizar y elevar la concepción de la justicia, de lo justo en sí, del derecho natural, pero esta doctrina filosófica no logró insertarse plenamente en la doctrina jurídica y en la vida práctica. Esto fue tarea de los filósofos y especialmente de los juristas romanos que le pusierona la especulación griega sobre la justicia y sobre el derecho natural la camisa jurídica, que se transferirá luego en sus dos grandes elaboraciones universales del derecho romano y del derecho canónico. Éstos consideraron la ley natural, común a todos los hombres, como fundada en la naturalis ratio, entendida no como mera razón subjetiva, individual, sino como racionalidad insertada en el orden delas cosas, y por esto superior al arbitrio del hombre.
I. Los filósofos romanos
1. Cicerón (103-43 a.C.)
Cicerón quiso compilar en una única estructura la doctrina política griega y la historia y la constitución de Roma.
Él retoma las enseñanzas iusnaturalista y cosmopolítica del estoicismo ecléctico de la Stoa media1 de Panecio de Rodas (c. 185 – 100 a.C.), de Antioco (180-168/7 a.C.) yde Posidonio (c. 135-51 a.C.). Esta escuela, en contra de la doctrina de Teofrasto (372-287 a.C.), que daba la preeminencia a la vida teórica, seguía la doctrina de Dicearco (IV siglo a. C.)2 quien tomó posición por la actividad política-práctica, según la cual las obligaciones sociales por lo regular debían prevalecer sobre la vocación personal y sobre la vida teórica. Esta doctrina secompaginaba más con el espíritu romano, y la fusión de la teoría con la praxis fue un dato universalmente aceptado.
Cicerón reafirma la existencia de la ley natural, sempiterna, inmutable, común a todos, como suma razón, inmanente (nata o innata vis), y que describe así: “Esta ley [natural] es una ley no escrita sino nativa (non scripta, sed nata lex), no aprendida [por los maestros], ni recibida [portradición], ni leída [en textos escritos], pero por nosotros extraída a la naturaleza misma (a natura ipsa arripuimus), por ella señalada y expresa [como exprimida]; ley en la que no hemos estado aún amaestrados, pero naturalmente dispuestos, no educados para ella, pero por ella impregnados”3. Sobre esta ley natural existe “el consenso de todos” (consensus omnium) y esto es signo de que es voz de lanaturaleza” (vox naturae) y por tanto la voz de la verdad4.
Por tanto, hay en nosotros como signos, “semilla” (semina), “primeros elementos” (prima elementa), “brotes” (germina) o “estrellas” (scintillae)5 o “pequeñas llamas” (parvuli igniculi) de las virtudes naturales, que como “luces naturales” (naturae lumen) iluminan nuestro camino moral; ideas morales fundamentales innatas, como “pequeñosconceptos” (parvae notitiae) o “nociones” (notiones)6.
Y “a esta misma y única ley de la naturaleza todos nosotros estamos sujetos; y si esto es realmente así, ciertamente nos es prohibido por la ley natural hacer daño a nuestros semejantes”7. Por consiguiente, define la moral como “costumbre de obrar de acuerdo a la razón y a la naturaleza”8.
El derecho así no es un producto del arbitrio, sinoque nos es dado por la naturaleza: “Natura enim iuris… ab hominis repetenda [est] natura”9; “initium [iuris] est a natura profectum”10, en cuanto nosotros hemos nacido para la justicia” y “el derecho no ha sido establecido por la opinión sino por la naturaleza: neque opinione des natura constitutum esse ius” por lo cual “no hay nadie, de cualquier raza que, teniendo por consejero a la naturaleza(duce nactus naturam), no pueda alcanzar la virtud, incluso en las perversidades resulta extraordinaria la semejanza del género humano”11. Por consiguiente, sería algo no sólo tonto sino “tontísimo” (stultissimum) considerar justo aquello que ha sido establecido por las instituciones o por las leyes de los pueblos: en todo caso, incluso si las leyes son promulgadas por los tiranos?... En últimas,...
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