Genero
Marta I. González García y Eulalia Pérez Sedeño
Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación, Número 2 / Enero - Abril 2002
TEMA 1
Mujeres olvidadas
Un caso paradigmático de figura femenina olvidada y recuperada para la historia de la ciencia es la de Rosalind Franklin. Sus fotografías por difracción de rayos X fueron claves para queWatson y Crick pudieran proponer el modelo de doble hélice del ADN que les proporcionaría el Premio Nobel en 1962 junto a Maurice Wilkins. Sin embargo, silenciada por la historia de la ciencia y una temprana muerte, y ridiculizada en la narración autobiográfica que Watson (1968) hace del episodio, su contribución no tuvo ningún reconocimiento (ninguno de los galardonados la recordó en la entrega delos premios, s
nombre ni siquiera aparecía en las reconstrucciones en enciclopedias, libros de texto y museos de ciencia…) hasta la publicación de la biografía que escribe Anne Sayre (1975), en la que se cuenta una historia muy distinta, la de la difícil situación de una científica, mujer y judía, en una institución (el King’s College, de Londres) tradicionalmente masculina y claramenteanglicana.
La historia de las científicas y sus logros escrita por historiadoras de la ciencia sensibilizadas con la exclusión de la mujer ha producido resultados sorprendentes. Cuando se habla de mujer y ciencia, la reacción inmediata es la de indicar la ausencia de mujeres en el desarrollo de esa actividad a lo largo de la historia. Sin embargo, la historia de la ciencia hecha por mujeres hadescubierto, por ejemplo, el genio de Madame de Châtelet, cuya traducción de los Principia Mathematica permitió que el continente accediera al newtonianismo. O también a Aglaonike, y a Hipatia en la antigüedad, a Roswita e Hildegarda de Bingen en la Edad Media. A las italianas Maria Ardinghelli, Tarquinia Molza, Cristina Rocatti, Elena Cornaro Piscopia, Maria Gaetana Agnesi, y Laura Bassi. A lasanglosajonas Aphra Behn, Augusta Ada Byron Lovelace, Mary Orr Evershed, Williamina Paton Stevens Fleming, Margaret Lindsay Murray Huggins, Christine Ladd-Franklin, Henrietta Swan Leavitt, Annie Russell Maunder, Charlotte Angas Scott, Mary Somerville, Anna Johnson Pell Wheeler, Caroline Herschel y Maria Mitchell. A las germanas Maria Cunitz, Elisabetha Koopman Hevelius, María y Christine Kirch; a lasfrancesas Jeanne Dumée, Sophie Germain, Nicole Lepaute; a las iberoamericanas Cecilia Ramón Agenjo, Angeles Alvariño de Leira, María Luisa García Amaral, Mariam Balcelss, Laura Carvajales y Camino. O a otras científicas más recientes como Maria Goeppter Mayer, Sonya Vasilyevna Kovalevsky, Lise Meitner y Emmy Noether, por citar sólo algunas matemáticas relevantes (véase Alic, 1986; Pérez Sedeño,1994; Solsona, 1997).
Esta pequeña muestra refleja la distorsión histórica presente en el hecho de que la mujer raramente aparezca como protagonista en la historia, no sólo de la ciencia, sino de todas las facetas de la humanidad. No hay que olvidar los sesgos habituales que padecen los historiadores: sus explicaciones o interpretaciones han de pasar por el tamiz de lo que el paso del tiempo hapermitido que les llegara, con la subjetividad que eso conlleva.
La historia de las mujeres tecnólogas tiene sus propios problemas y dificultades. Entre ellos está el ocultamiento sistemático de las mujeres que, en muchos casos, ha sido promovido por la legislación sobre patentes. Al no tener la mujer derecho de propiedad, es el padre o el marido o algún otro hombre el que aparece en los registros depatentes como responsable de invenciones hechas por mujeres. Por otra parte, las historias de la tecnología han pasado por alto el ámbito de lo privado, es decir de lo femenino, en el que se utilizaban y utilizan tecnologías propias de las tareas tradicionalmente determinadas por la división sexual del trabajo, teniendo como consecuencia que inventos relacionados con la esfera de lo doméstico y...
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