Klein Y Judith
Naomi Klein y el fin de las marcas, libro de Judith Gociol para la colección Intelectuales de la editorial Campo de ideas. Editado en España y, por ahora, no disponible en la Argentina, este texto presenta a la autora (su vida, formación y contextos) y analiza los conceptos claves desarrollados en el libro No logo. Seleccionamos el capítulo de presentación de Klein(con datos que pocos conocen) y el que analiza el tema del fin del trabajo y la producción capitalista tradicional, muy relacionada con el proceso de fábricas recuperadas que se presentaron en nuestro primer encuentro.
Introducción
Naomi Klein: metamorfosis de una Barbie
Barbie. Es probable que, si sus padres la hubieran acompañado, Naomi Klein
hubiera vivido bajo el "zen barbie: Barbiees el uno. Barbie es el todo",
tal como define en su libro No logo.
La periodista y activista nació en Montreal, Canadá, en 1970, cuando en su
país se sucedían las acciones de la organización separatista Frente de
Liberación de Quebec. Ese año, además, dejaban de tocar The Beatles, Richard
Nixon ordenaba la invasión a Camboya, Salvador Allende se convertía en el
primer presidente marxistaelegido democráticamente en Sudamérica, y los
obreros de la General Motors organizaban una huelga en reclamo de mejores
salarios.
Sus padres eran, por entonces, integrantes del movimiento progresista que,
en la década del 60, decidió abandonar Estados Unidos, en oposición a la
Guerra de Vietnam.
Radicados en Canadá, combatían a la sociedad de consumo con frecuentes
excursiones familiares alcampo, donde verdes praderas, montañas majestuosas
y almuerzos con alimentos no envasados en los parques nacionales, los
ponían en sintonía con la naturaleza. "A mí nada de eso me
importaba -recuerda Naomi en su libro-.A los cinco o seis años, esperaba con
ansias ver las figuras de plástico de los carteles de las sucursales de las
cadenas de comida rápida que se sucedían a ambos lados de lacarretera, y
alargaba el cuello cuando pasábamos ante los Mc Donalds, los Texaco y los
Burger King. Mi cartel favorito era el de Shell".
- ¿Qué juguete siempre quisiste tener y nunca te compraron? -le preguntó una
periodista mexicana a propósito de la aparición de No logo.
- ¡Una Barbie! -contestó de inmediato Naomi.
Solo cuando el matrimonio Klein se sentía ideológicamente abatido por susdos hijos accedía a una comida rápida en cajitas brillantes y laminadas sin
resignarse -tal como señala la periodista- a que "habían engendrado dos
niños normales."
Klein tampoco fue una adolescente de excepción. Era fanática de las marcas,
le encantaba pasear por los centros comerciales, y hasta llegó a trabajar
los sábados como vendedora de Esprit, la cadena de ropa que adoraba. Todavía
hoycompra prendas de esa marca, pero les arranca las etiquetas.
Barbie rubia y con ropa de fiesta. Barbie con el pelo atado y el traje de
playa. Barbie con vestido de novia. Barbie con casa y mobiliario. Barbie es
el Uno. Barbie es el Todo: Naomi resultó parte de una generación de
conejillos de india del consumo que creció, según ella misma define, bajo el
"microscopio del marketing".
Laconversión. ¿Por qué esa adolescente fascinada por los logos devino en
una figura de referencia para los movimientos anti marca? El problema con
las corporaciones -apunta- es parecido al de los amantes: cuando uno le
promete al otro demasiado, nunca puede cumplir. Si las empresas solamente
vendieran sus productos, quizás hubieran dejado satisfechos a sus
seguidores. Pero si lo que juran es amorpara toda la vida y no cumplen, el
romance termina mal: aseguran felicidad y entregan una bebida light. Esa
desilusión, en alguna medida, la vivió ella misma. Por eso llevó adelante
su cruzada contra las marcas con fe de conversa.
Vivimos en Canadá y no en Estados Unidos -le explicaron sus padres más de
una vez- porque aquí no tienes que ser rico para enfermarte y puedes hacer
documentales...
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