La organizacion escolar
La (auto)evaluación, por tanto, debe estar orientada a la mejora efectiva de la práctica educativa,lo que supone una actitud, disposición y habilidad para legitimar en términos de valor las propuestas de cambio, ajustarlas a las propias situaciones y contextos, yreconstruirlas desde la acción reflexiva y crítica Saber decidir qué mejorar, cuánto, cuándo, cómo, porqué y para qué son destrezas profesionales que debemos desarrollar en los evaluadoreso autoevaluadores. Y en este sentido tendremos que plantearnos si evaluación para la mejora o como mejora. En la práctica la autoevaluación debe constituirse más en unafilosofía, que en una estrategia. Además, no hablamos de una actuación puntual o esporádica, sino de un proceso constante con finalidad formativa y formadora, que no sólo debeidentificar dificultades y problemas, sino también comprender sus causas y tomar decisiones. La importancia que viene cobrando la evaluación de instituciones educativas se aprecia tantoen la demanda social y en las exigencias de personas e instituciones a sus respectivas administraciones, cuanto desde la iniciativa de éstas, plasmada en órdenes, decretos eincluso leyes. Podemos pensar que la realidad más inmediata pasa por el desarrollo de sistemas de autoevaluación en los centros, por el hecho de que sea la propia comunidadeducativa –con las ayudas pertinentes- quien asuma un papel protagonista en la toma de decisiones hacia la mejora continua. Si bien todo ello es una tarea compartida, cuyo éxito nodepende sólo y exclusivamente del compromiso y la participación de los componentes de los centros, sino también del propio sistema educativo y de otros servicios periféricos.
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