ley 1420
La estructura del sistema educativo propugnado por el Estado liberal adoptó una forma bipolar: todos los niños tenían acceso a la enseñanza elemental pero ésta era un compartimento estanco que no tenía relación alguna con el resto del sistema educativo; sólo una pequeña parte de la población escolar interrumpía el curso normal de laenseñanza elemental para pasar a cursar la enseñanza secundaria y la universitaria o superior. Como ya quedó indicado, esta estructura fue uno de los modelos que alumbró la Revolución Francesa, pero no el único.
Junto a la línea liberal se ha reseñado también la existencia en la Gran Revolución de otra tendencia que hacía hincapié en la necesidad de ampliar las funciones del Estado para evitar quelos derechos y libertades reconocidos por éste se convirtieran en meras declaraciones formales carentes de contenido real. Esta propensión, que va a residenciarse fundamentalmente en las filas jacobinas, considera que la educación no puede ser atributo ni de ningún estamento ni de ningún grupo social, so pena de que la educación se convierta en sí misma en un factor de opresión y de desigualdadsocial. De ahí que para los jacobinos la educación deba ser asumida por el Estado para hacer efectivo el principio de la igualdad ante las luces. Como vimos, para los jacobinos la instrucción a secas es necesaria a todos. Subyace aquí la concepción de la educación como un derecho del ciudadano y como una responsabilidad del Estado. Pero, como también vimos, el fracaso de los jacobinos llevó consigoel quebranto y posterior desaparición de esta concepción.
Pero aunque se impuso la estructura bipolar de la enseñanza en todo el continente europeo, la propensión a la igualdad no fue absolutamente aherrojada a las tinieblas. La historia del siglo XIX es, entre otras cosas, la historia de esta tendencia por implantar, en primer lugar, la universalidad de la enseñanza elemental, o en otraspalabras, el derecho a la educación básica. Surge así el objetivo de la escolaridad obligatoria, la inclinación a ampliar progresivamente la duración de la escolaridad obligatoria, la cuestión de la gratuidad por medio de la financiación pública, etc. Todas estas conquistas sociales, que se irán produciendo a lo largo del siglo XIX en todas las sociedades europeas, no se conseguirán sin gran oposición:la vieja concepción estamental de que cada individuo nace con un lugar asignado en la sociedad o el convencional debate sobre la educación de los pobres persistirán durante muchos años en la mentalidad de los europeos. En el fondo de esta tensión late el temor de las capas dominantes a una instrucción universal que produjera una población alfebatizada e ilustrada, y, en consecuencia, consciente desus derechos políticos y laborales. Fue preciso, muy avanzado el siglo, que se generalizara la revolución industrial para que las elites directoras se convencieran de los beneficios que reportaba disponer de una población instruida.
Pero la escolarización obligatoria, universal y gratuita, tenía en sí graves limitaciones: en primer lugar, porque dicha escolarización se circunscribía sólo a laenseñanza primaria o elemental; en segundo lugar, porque era considerada fundamentalmente como un deber de los padres, no siempre muy celosos en el cumplimiento de esta obligación; en tercer lugar, porque se configuraba como un deber del Estado que se limitaba principalmente a imponer legalmente la escolarización obligatoria y a financiarla, pero no a realizar un esfuerzo económico por conseguirefectivamente la escolarización universal. Fue preciso esperar a la aparición del Estado de bienestar, en la terminología de los politólogos, o del Estado social de derecho, en la expresión divulgada por la dogmática jurídica alemana, para que la tendencia iniciada en 1793 llegará a su culminación y se considerase a la educación como un derecho fundamental. La educación entraba así a formar parte de...
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