Lo inconciente
Lo inconsciente
Sigmund Freud
INDICE
I. Justificación de lo inconsciente 5
II. La multiplicidad de sentido de lo inconsciente y el punto de vista tópico 10
III. Sentimientos inconscientes 15
IV. Tópica y dinámica de la represión 18
V. Cualidades especiales del sistema Inc. 24
VI. Relaciones entre ambos sistemas 27
Elreconocimiento de lo inconsciente 32
Acerca del autor 40
I. Justificación de lo inconsciente
Desde muy diversos sectores se nos han discutido el derecho de aceptar la existencia de un psiquismo inconsciente y de laborar científicamente con esas hipótesis. Contra esta opinión podemos argüir, que la hipótesis de la existencia de lo inconsciente es necesaria ylegítima, y además, que poseemos múltiples pruebas de exactitud. Es necesaria, porque los datos de la conciencia son altamente incompletos. Tanto en los sanos como en los enfermos, surgen con frecuencia, actos psíquicos, cuya explicación presupone otros de lo que la conciencia no nos ofrece testimonio alguno. Actos de este género son, no solo los fallos y los sueños de los individuos sanos, sinotambién todos aquellos que clasificamos de síntomas y de fenómenos obsesivos en los enfermos.
Nuestra cotidiana experiencia personal nos muestra ocurrencias, cuyo origen desconocemos, y resultados de procesos mentales, cuya elaboración ignoramos. Todos estos actos consientes resultan faltos de sentido y coherencia si mantenemos la teoría de que la totalidad de nuestros actos psíquicos ha de sernosdada a conocer por nuestra conciencia y, en cambio, quedaran ordenados dentro de un conjunto coherente e inteligible si interpolamos entre ellos los actos inconscientes, deducidos. Esta adquisición de sentido y coherencia constituye, de por sí, motivo justificado para traspasar los limitas de la experiencia directa. Y si luego comprobamos, que tomando como base la existencia de un psiquismoinconsciente podemos estructurar una actividad eficacísima, por medio de la cual influimos adecuadamente sobre el curso de los procesos conscientes, tendremos una prueba irrebatible de la exactitud de nuestra hipótesis. Habremos de situarnos, entonces, en el punto de vista de que no es sino una pretensión insostenible el exigir que todo lo que sucede en lo psíquico haya de ser conocido a la conciencia.También podemos aducir, en el apoyo de la existencia de un estado psíquico inconsciente, el hecho de que la conciencia solo integra en un momento dado, un limitado contenido, de manera que la mayor parte de aquello que denominamos conocimiento consiente tiene que hallarse, de todos modos, durante extensos periodos, en estado de latencia, vale decir, en un estado de inconsciencia psíquica. Lanegación de lo inconsciente resulta incomprensible en cuanto volvemos a la vista a todos nuestros recuerdos latentes. Se nos opondrá aquí la objeción de que estos recuerdos latentes no pueden ser considerados como psíquicos, sino que corresponden a restos de procesos somáticos, de los cuales puede volver a surgir lo psíquico. No es difícil argüir a esta objeción, que el recuerdo latente es, por locontrario, un indudable residuo de un proceso psíquico. Pero es aun mas importante darse cuenta de que la objeción discutida reposa en una asimilación de lo consiente a lo psíquico. Y esta asimilación es, o una petición de principio, que no deja lugar a la interrogación de si todo lo psíquico tiene también que ser consciente, o una pura convención, irrebatible, y solo nos preguntamos si resulta enrealidad tan útil y adecuada, que hayamos de agregarnos a ella. Pero podemos afirmar, que le equiparación de lo psíquico con lo consciente es por completo inadecuada. Destruye las continuidades psíquicas, nos asume en las insolubles dificultadas del paralelismo psicofísico, sucumbe al reproche de exagerar sin fundamento alguno la misión de la conciencia, y nos obliga a abandonar prematuramente el...
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