Mapa conceptual. Natalia García-Milla
ACUARELAS
Las acuarelas de animales de Walton Ford podrían pasar por ilustraciones de ciencias naturales del siglo XIX o por pinturas coloniales británicas. Pero no lo son. Algo extraño y siniestro acontece en cada trabajo de Ford, tanto si es un pavo salvaje atacando a un pequeño loro con sus garras, un conjunto de monos causando estragos en unamesa elegantemente puesta para la cena o un búfalo americano rodeado por una manada de sanguinarios lobos blancos... en medio de todo un jardín francés. Creadas con la habilidad de un artista técnico, las obras de Ford vibran con la intensidad de una misteriosa familiaridad; son a la vez apaciguadoras en estilo e inquietantes en contenido. Con títulos como Au Revoir Zaire, Necropolis, Dirty DickBurton’s Aide de Camp, y Space Monkey, sus cuadros abren las puertas a un mundo de realismo mágico, sueños y pesadillas - todo con una sensacional franqueza que casi oculta las intenciones del artista.
Alberto García del Castillo
Peligros en el mundo natural.
Como una gran enciclopedia del mundo animal a escala real se nos presenta en el museo de arte contemporáneo Hamburguer Bahnhof deBerlín la exposición ‘Bestiarium' de Walton Ford.
Cuando el Brooklyn Museum abrió en 2006 una muestra del trabajo de diez años del pintor estadounidense Walton Ford (White Plains, Nueva York, 1960) dio su mejor pared a una de sus obras más impresionantes, Nila (2000). En ella Ford dibujó a un elefante asiático con una larga erección sinuosa, que marcha con mirada enloquecida mientras losobrevuelan y picotean pájaros de distintas especies. Algunos son pisoteados por el monstruo, otros tratan de salvarse de él. Un par de carpinteros agujerean sus flancos, un buitre espera el momento de abrirle las ancas, una lechuza yace meditativamente sobre su cerviz. El elefante lleva la punta de una pica rota enrollada con la trompa y tiene los colmillos cortados por la mitad. Es un rebelde de ojosllorosos, acosado por coloridos parásitos. Unas cuantas anotaciones en caligrafía cursiva, decimonónica, identifican algunas de las aves que constelan en torno a él, junto a un croquis del gran mamífero que sólo puede verse de cerca.
La obra tiene la talla de un elefante real, 365.8 por 548.6 centímetros, y está dividida en veintidós paneles rectangulares, todos de tamaño y proporciones distintas,que se pegan uno junto al otro. Esa construcción lleva, por supuesto, a la fábula de los ciegos y el elefante y en su moraleja sobre lo poco consensual que puede ser la realidad. Pero lo más curioso es que Nila, como casi toda la pintura de este artista, es una acuarela sobre papel. Ford practica las mismas técnicas de los artistas naturalistas de la Ilustración, que acompañaron las expedicioneseuropeas por cada nuevo territorio conquistado para producir conocimiento donde luego se producirían marfil, carbón, diamante o caña de azúcar. Como aquellos precursores de la pinturaau plein air que se adentraban con sus pinceles en selvas llenas de malaria o páramos frecuentados por carnívoros –en especial el ornitólogo John Audubon, cuyo estilo es el más citado por este remoto heredero suyo–, Fordse vale del lápiz, un meticuloso dibujo posterior con plumilla y luego capas de color con la acuarela, todo con el estilizado realismo del siglo xviii, el de antes de la fotografía. Su representación es anatómicamente incontestable. Pero, a diferencia de los exploradores que de ese modo documentaban la naturaleza, Ford no trabaja para llevar la cuenta de una biodiversidad que recién se cataloga,ni pinta ante el paisaje o un espécimen sangrante. Él recolecta tanto las ideas como las imágenes en un bosque de lecturas que cubre el suelo de su estudio.
La editorial Taschen publicó un libro de gran formato que reúne la obra de Ford desde 1991 a 2008, Pancha Tantra, curado personalmente por Benedikt Taschen. Ahí están Nila y muchas otras piezas de gran formato, como Loss of the Lisbon...
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