Moda
La ex modelo Christine Hart reflexiona sobre diez años de carrera en su debut editorial. Abusos sexuales sobre compañeras, adicciones ydesfiles para Gadafi en en un mundo regido por la dictadura de la belleza.
NOELIA RAMÍREZ 12 DE DICIEMBRE DE 2012 07:58 H.
← Han tenido que pasar un par de décadas para averiguar que en el cénitde su carrera, Linda Evangelista, –la supermodelo que no se levantaba de la cama por menos de 10.000 dólares–, en realidad vivía inmersa en la soledad y sólo se animaba jugando a la Game Boy. Tambiéntuvieron que pasar unos cuantos años para que Karen Mulder, la que fuese 'la rubia con clase' de las pasarelas, protagonizase un sonado escándalo al revelar –previo ingreso en un psiquiátrico–, queAlberto de Mónaco y otros ejecutivos de la agencia Elite trataron de violarla, que su padre la hipnotizaba para hacer lo propio y que en sus años de top model había sido poco más que una moneda deintercambio sexual. Aunque la holandesa pidió perdón y trató de mantener un perfil bajo tras las declaraciones, su intento de suicidio en 2002 revivió el debate sobre el estilo de vida de las modelos y lasconsecuencias psicológicas de su trabajo.
En un mundo en el que aliarse con un fotógrafo puede ser la mejor estrategia (véase el tándem Kate Moss-Corinne Day) o hundirte en el anonimato másdevastador (recuerden si no el affaire Minerva Portillo-Terry Richardson y las fotos publicadas en Kibosh), mantener la cabeza fría y sobrevivir a la montaña rusa de éxitos y caídas en esta profesión puedeconsiderarse como un auténtico triunfo. Así lo piensa Christine Hart, una ex modelo profesional que durante 10 años (entre los 90 y la primera década del 2000) trabajó en Milán, París y Nueva York, secodeó con las tops en la etapa dorada de las supermodelos, trabajó para Helmut Newton, desfiló para Gadafi y vivió para contarlo (y publicarlo) en su debut editorial.
Hart ha autoeditado Lo que...
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