neocontractualismo i politica deliberativa
La ética política puede definirse etimológicamente como la ética propia del estado o de la organización social, de ahí, que esté constituida por las normas que permiten la convivencia y la cooperación social y coordinan las acciones individuales para fomentar el bienestar social. Es decir, es aquellaparte de la ética que se ocupa de los principios o normas de acción que deben regir el comportamiento del político en su calidad de gobernante, responsable del bienestar y seguridad de todos los miembros del estado.
Mientras que la ética filosófica se haya comprometida con la formulación de principios universalmente válidos que han de generar obligaciones irrenunciables, la política se ve abocadaa la toma de decisiones que, para hacer compatibles valores en conflicto, ha de negar o limitar algunos derechos que la ética considera inalienables.
Precisamente, el papel de la ética política es tratar de resolver el problema entre los principios y la acción, entre el individuo y la comunidad política. El contenido, la forma de abordar dicha relación ético-política, ha ido variandohistóricamente, dependiendo de la concepción ética dominante (en la antigüedad se consideraba que lo ético era exactamente igual a lo político, es decir, eran un mismo concepto. Pero a medida que ha transcurrido la historia, dicho relación ha ido desvinculándose, hasta llegar al punto en que se considerasen dos conceptos diferentes).
A continuación, nos centraremos en esta segunda parte, donde la ética sedesvincula de la política, concretamente, en el contractualismo contemporáneo. A diferencia del contractualismo clásico, el cual se basa en la existencia de un pacto para la conformación de la sociedad civil y el Estado; el contractualismo contemporáneo se interesa única y exclusivamente por los principios lógicos e ideológicos que fundamentan el contrato político, es decir, por los procedimientosde decisión y las condiciones en que tiene lugar el pacto. No se centran en el contenido del contrato sino en la forma en que dicho contrato se elabora. Destacan dos filósofos: John Rawls y Jürgen Habermas.
En primer lugar, Rawls sostiene que la base más apropiada para una sociedad democrática es la utilización del concepto de justicia como imparcialidad, es decir, bajo un velo de ignorancia. Elciudadano ya no cuenta con los conocimientos, ideas, convicciones... facetas de su vida, de su mente y de sus emociones que se ven suspendidas para que, de esta manera, pueda erigirse como un elector imparcial.
Ahora no puede hacer uso y disfrute de dichas facultades, pero cuenta con su entendimiento de lo que significa configurar una concepción política de la justicia, es decir, el asentamientode las bases de convivencia social en el contexto de un pluralismo razonable.
Rawls se sirve del impulso irrefrenable de los componentes a considerar como prioritarios sus intereses y sus necesidades para construir justamente en la coincidencia de dichos intereses y necesidades con los de todos los demás, un orden público estable y equitativo. La clave en el paso de lo estrictamente particular alo radicalmente general o universal radica, sin duda, en el desconocimiento completo de la situación del prójimo en la sociedad real.
No podemos beneficiarnos directamente, sin embargo eso no significa que nuestros cálculos e intereses dejen de actuar como móviles de la elección de los principios, es decir, beneficiándonos indirectamente puesto que, bajo el velo de la ignorancia, no tenemos otraforma de satisfacer nuestras aspiraciones egoístas. Buscando principios de justicia que permitan el acceso de toda la sociedad al estado de bienestar, me aseguraré mi propio acceso a él.
En esta situación de imparcialidad en la que todo el mundo lleva puesto el velo de la ignorancia, cada individuo buscará ante todo el derecho irrevocable a un esquema plenamente adecuado de libertades...
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