PEDAGOGIA
La Educación Moral como Pedagogía
de la Alteridad
por Pedro ORTEGA RUIZ
Universidad de Murcia
Introducción
Mi propuesta es que la relación más
radical y originaria que se establece entre maestro y alumno, en una situación
educativa, es una relación ética que se
traduce en una actitud de acogida y un
compromiso con el educando, esdecir, hacerse cargo de él. En el núcleo mismo de
la acción educativa no está, por tanto, la
relación profesoral-técnica del experto en
la enseñanza, sino la relación ética que
la define y constituye como tal acción educativa. Esto nos obliga a una revisión
completa tanto de los contenidos como de
las estrategias actuales en educación moral. Y obliga, además, a enfocar la educación moraldesde otro paradigma que
tenga como protagonista no el sujeto autónomo de la moral kohlbergiana y de la
ética discursiva, de raíces kantianas, sino
la primacía del otro que nos constituye
en sujetos morales cuando respondemos
revista española de pedagogía
año LXII, n.º 227, enero-abril 2004, 5-30
No es posible, o al menos se hace difícil, entender un texto sin su contexto.
Algunascuestiones de las aquí expuestas responden al actual debate planteado entre los pedagogos españoles sobre
modelos (paradigmas) en educación, y
específicamente en educación moral. Hoy
puede afirmarse que la discusión es muy
abierta. Si hasta hace tan sólo una década podía hablarse de la predominancia
del modelo kohlbergiano en la educación
moral, hoy otros enfoques se hacen presentes en lainvestigación pedagógica y
en las propuestas educativas. La cuestión de fondo que pretendo desarrollar
es: ¿Qué tipo de relación se establece entre el maestro y el alumno?; ¿quién es el
educando para el profesor? La respuesta
que se dé a estas preguntas condiciona
toda su actividad. Se ha investigado mucho sobre las variables que influyen en
los procesos de enseñanza-aprendizaje,
pero se olvida quela percepción que el
profesor tiene de su relación de educador
con el educando, su actitud ante él es
una variable decisiva en el proceso educativo, si pretende hacer «algo más» que
transmitir conocimientos y enseñar destrezas o habilidades.
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Pedro ORTEGA RUIZ
de él. Cualquier discurso pedagógico es
deudor de una antropología y de una ética, está situado y responde a un contexto,es alimentado por las experiencias a
la luz de una tradición. Por ello no hay
pedagogía sin experiencia ni ubicación.
Nuestra propuesta de educación moral
hunde sus raíces, se ubica en la ética
levinasiana, con fuerte implantación en
la última década en centroeuropa y que
encuentra en el reconocimiento del otro
su punto de partida, lo que nos lleva a
situarnos, por coherencia, en un nuevomodelo de educación moral: la pedagogía
de la alteridad.
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1. La insuficiencia del paradigma
tecnológico en educación
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Durante décadas, se ha pensado y realizado la educación desde el patrón de la
eficacia. El control de las variables que
operan sobre los procesos de enseñanzaaprendizaje se ha convertido enla preocupación prioritaria de la investigación
y praxis pedagógicas. «Dar cuenta», explicar lo que sucede en el aula ha sido y
es la gran aspiración del saber pedagógico. Con ello se ha aumentado, sin duda,
el nivel de racionalidad y optimización
de la acción educativa, superando una
etapa de prácticas vinculadas exclusivamente al sentido común o a la experiencia acumulada. Pero estapreocupación
por la eficacia y el control de los aprendizajes (Ainscow y otros, 2001), sin duda
necesaria en la acción educativa, no ha
dado lugar, en la misma medida, a una
enseñanza mejor en todas las dimensiones de la persona. Una pedagogía más
racional y científica no ha dado paso a
una pedagogía con rostro humano. Aún
siguen vigentes paradigmas que durante
años han configurado la...
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