psicopedagogía
de Salamanca. En G. Echeita y M.A. Verdugo (Eds) La Declaración de Salamanca
sobre Necesidades Educativas Especiales 10 años después. Valoración y Prospectiva.
Salamanca. Publicaciones del INICO, pp. 57-64
LA ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD EN ANDALUCÍA VISTA DESDE LA
DECLARACIÓN DE SALAMANCA
ÁngelesParrilla Latas
Universidad de Sevilla
Introducción
Sin duda alguna, los compañeros que me preceden en este texto se han ocupado
ya de perfilar y analizar las líneas maestras de la Declaración de Salamanca (DS) y su
marco de acción. Por ello, me limitaré a lo largo de este capítulo a realizar referencias
tangenciales al texto de la Declaración, asumiendo que el mismo actúa como marco deanálisis, como guía desde la que es posible cuestionar y analizar la situación de la
educación ante la diversidad en Andalucía.
Para ello he organizado el texto en torno a algunas cuestiones1 que intentan
ofrecer un recorrido general sobre planteamientos ideológicos y prácticos y que nos
remiten a lo que considero son las claves de la DS.
1. Antes de empezar ¿Cuál era el contexto educativo españolcuando se produce la DS?
¿Qué valor tuvo en ese momento la misma?
Tal y como lo recuerdo, la Conferencia mundial que dio lugar a la Declaración de
Salamanca2 nos encontró en un momento educativo que hoy podríamos tildar de
delicado. Estábamos inmersos todavía en los importantes cambios que desde mediados
de los 80 venía afrontando el sistema educativo español en general y en particular en surespuesta a la diversidad. La LOGSE había refrendado y ampliado el programa de
1
Aunque podrían presentarse muchos más interrogantes, las limitaciones de espacio y el riesgo de caer en
redundancias hacen que la selección de preguntas se haya limitado a las aquí planteadas.
2
La participación en dicha Conferencia se circunscribió en gran medida a los políticos y miembros de lasAdministraciones educativas, siendo su difusión y participación entre otros sectores de la comunidad muy
restringido
1
Integración Escolar iniciado en el 85, y el propio universo conceptual y práctico (no
sólo el legal) había cambiado sustancialmente: había experiencias y desarrollos
prácticos notables, estudios y evaluaciones que habían abierto todo un campo de trabajo
en torno a lasposibilidades de crear y desarrollar una cultura de la diversidad, frente a
los modelos individualistas y de carácter terapéutico de las etapas anteriores. Pero
estábamos también muy cerca de los primeros signos de cansancio que se avistarían en
la segunda mitad de los 90. Tanto en la reforma general del sistema educativo como en
el tema de la atención a la diversidad, las grandes propuestas y medidas delos 80 se
iban atrofiando, quedando limitadas en muchos casos a la inercia del cambio iniciado
con tanta fuerza y al simple uso de medidas parciales, específicas y sectoriales. A la vez
iba apareciendo una nueva cultura que cuestiona logros y metas hasta entonces
alcanzados y que promovía unos valores educativos muy vinculados a la ideología de
mercado, a la competencia entre escuelas eincluso alumnos. Se entiende así que la
llegada de la Ley de Calidad en el año 2000 fuese vista como un triunfo en no pocos
sectores educativos.
Por eso, ahora al volver la vista atrás, es fácil imaginar la importancia que la
Declaración podía haber tenido en aquel momento para reconducir y reactivar la política
educativa estatal posterior. De hecho ese era el sentido de la Declaración que naciócomo una especie de Carta Magna de la Inclusión Educativa, como un documento que
no sólo confirma los derechos iguales de las personas con necesidades educativas
especiales (tal y como reza la propia Declaración), sino que insta a poner fin al poder
excluyente ejercido desde gobiernos, sistemas educativos e instituciones escolares, en
contra de alumnos y jóvenes que encuentran dificultades...
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