Repaso
2- Puesto que Natán era un fiel siervo de Jehová,apoyó con entusiasmo el proyecto de David de construir el primer centro permanente de la adoración pura en la Tierra. Sin embargo, parece que en esa ocasión expresó sus propios sentimientos en vez de hablar en nombre de Jehová. Esa noche, Dios le mandó que llevara al rey un mensaje distinto: David no construiría el templo, sino uno de sus hijos. Ahora bien, por orden divina, Natán también le anuncióque Dios hacía un pacto con él por el cual su trono quedaría “firmemente establecido hasta tiempo indefinido” (2 Sam. 7:4-16).Como vemos, la opinión de Natán respecto a la construcción del templo difería de la voluntad de Dios. No obstante, este profeta humilde se sometió de buena gana al propósito de Jehová y lo apoyó sin quejarse. Si Dios tuviera que corregirnos de algún modo, haríamos bien enseguir el ejemplo de Natán. El hecho de que siguiera ejerciendo funciones de profeta indica que no perdió el favor divino. En efecto, parece que Jehová lo inspiró, junto con “Gad el hombre de visiones”, para dirigir a David en organizar a 4.000 músicos en el servicio del templo (1 Cró. 23:1-5; 2 Cró. 29:25).
3- ¿Por qué no dedica unos minutos a leer 2 Samuel 12:1-25? Imagínese que usted es Natánmientras le cuenta a David esta historia: “Había dos hombres que se hallaban en una ciudad, el uno rico y el otro de escasos recursos. El rico tenía muchísimas ovejas y ganado vacuno; pero el hombre de escasos recursos no tenía más que una cordera, una pequeña, que había comprado. Y estaba conservándola viva, y ella estaba creciendo con él y con sus hijos, todos juntos. De su bocado comía y de su copabebía, y en su seno yacía, y vino a serle como una hija. Después de un tiempo le vino una visita al hombre rico, pero él evitó tomar algo de sus propias ovejas y de su propio ganado vacuno para aderezárselo al viajero que le había venido. De modo que tomó la corderita del hombre de escasos recursos y la aderezó para el hombre que le había venido” (2 Sam. 12:1-4).Parece que David, que había sidopastor, creyó que se trataba de una situación real. Según apunta cierto comentarista, “quizás Natán solía acudir a él para defender a los desfavorecidos que no tenían otro recurso, y David se imaginó que aquel era uno más de esos casos”. Aunque así fuera, Natán demostró lealtad a Dios y mucho valor. Al oír su historia, David exclamó enfurecido: “¡Tan ciertamente como que vive Jehová, el hombre quehizo esto merece morir!”. Entonces llegó la demoledora declaración de Natán: “¡Tú mismo eres el hombre!” (2 Sam. 12:5-7).
4- 7 ¿Cómo es que se dejaron embaucar tan fácilmente aquellos israelitas? Tal vez deseaban lo que Absalón les prometía, o quizá fue que se dejaron deslumbrar por su imponente presencia. Sea como fuere, una cosa es indiscutible: no eran leales a Jehová ni al rey que él designó.Hoy día, Satanás continúa valiéndose de personas que son como Absalón para tratar de ganarse el corazón de los siervos de Jehová. Algunos dicen: “Las normas de Dios son demasiado estrictas”, o: “¡Los que no sirven a Jehová sí que se divierten!”. ¿Permanecemos íntegros ante tales ideas? ¿Vemos claramente que se trata de sucias mentiras? ¿Estamos convencidos de que “la ley perfecta” de Jehová, la...
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