Romney Pone Esperanza En Su Impulso
El candidato republicano Mitt Romney se comporta como un adversario que cree que tiene el tiempo y el impulso suficientes para superar al mandatarioBarack Obama en el día de las elecciones, a únicamente dos semanas de distancia.
A juzgar por el último debate del lunes, el presidente Obama parece casi estar de acuerdo.
Obama fue a todas luces elmás agresivo en el foro de 90 minutos, en los que fustigó a Romney por su expediente de inversiones personales, la honestidad de sus dichos y la recaudación de fondos en el extranjero.
Romney, por suparte, hizo cuanto pudo por mitigar sus diferencias con el mandatario en varios asuntos clave de la política exterior, que debió ser el eje del debate— y por parecer tranquilo, moderado e inocuo.
Laactuación de Romney es la que adoptan siempre los candidatos favoritos: Antes que nada, no perturbar. No agitar las aguas. Dejar que corra el reloj.
La contundencia de Obama pareció más bien dirigidahacia los demócratas desnimados que podrían no molestarse en votar, y no a la franja de los electores indecisos en el puñado de estados todavía en juego.
Romney no es la alternativa benigna yaceptable que pretende ser, pareció decir Obama y mostrar que en su papel de presidente está por fin dispuesto a pelear a capa y espada un segundo mandato después de amainar el paso en el primer debate, elcual propició un aumento de Romney en las encuestas.
"Ahora todo se trata de salir a votar", señaló Matt Bennett, un veterano en las campañas electorales de los demócratas. "Si están indeciso ahora,no votas".
"Obama ganará el debate por puntos", estimó Bennett, "pero no importará mucho".
Otros demócratas compartieron esa opinión. El interés público en el tercero y último debate posiblementedisminuyó, dijeron, por la fatiga de los electores, por la competencia de los encuentros deportivos en la televisión y por el tema oficial —la política exterior— en una campaña dominada por los...
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