Teoria Del Azar
Uno de los más vivos debates metodológicos que recuerda la ciencia económica tuvo lugar en las páginas de Econometrica durante los años cincuenta, alrededor de un ensayo publicado por Daniel Bernoulli en ¡1738! Apenas diez años antes, en 1943, John von Neumann recuperaba la solución que Bernoulli había dado a la paradoja de San Petersburgo,con una teoría axiomática de las funciones de utilidad elaborada, a instancias de Oskar Morgenstern, como complemento a su Theory of Games and Economic Behavior. Se trataba de dilucidar cuál debía ser el modelo matemático del comportamiento de un agente que decidía entre alternativas inciertas, y si tal modelo debía interpretarse descriptivamente o utilizarse de modo instrumental, normativo, etc; aello contribuyeron, polémicamente, Maurice Allais, Milton Friedman, Leonard J. Savage, Paul Samuelson, John Milnor, y otros muchos sobresalientes economistas y matemáticos de la época. En el curso de aquel debate algunas voces recordaron que el dilema no era nuevo: incierta era también la salvación para aquel jugador imaginado por Pascal, obligado a elegir entre los goces seculares que nosasegura la vida terrena, y la recompensa infinita, pero sólo probable, que la Iglesia promete a quien cumpla sus preceptos. La sugerencia de GeorgesThéodule Guilbaud, introductor de la Teoría de juegos en Francia, a la vez que apasionado estudioso de su genealogía, no podía pasar desapercibida en un país de tan amplia y fecunda tradición como es el suyo, en lo que a la Historia y la Filosofía de lasciencias se refiere. Así, conjugando el apunte de Guilbaud con una observación ocasional de Alexandre Koyré acerca de la apariencia jurídica de la solución que Pascal diese al problema de los repartos (partis), Ernest Coumet ofrecía, veinte años después, su magistral análisis de la los orígenes jurídicos del concepto matemático de esperanza. Se trataba de interpretar en su contexto legal lasdificultades que quisieron resolver matemáticamente la saga de los Fermat, Pascal, Huygens, etc. (como antes Galileo, Peverone, Cardano, etc.): cómo debía distribuirse lo apostado en un juego de azar que, por alguna razón, se interrumpía. Todo ello en un momento en que la ley era cosa de juristas que a menudo eran también teólogos, y la esperanza no era, desde luego, el momento de primer orden de unadistribución de probabilidad. La vía que abrió Coumet, con Guilbaud, Barbut, etc. desembocaría, diez años después, ya en los años ochenta, en los trabajos de M.Armatte, E.Brian, B.Bru, T.Martin, N.Meusnier y otros tantos autores de la Escuela parisina. Treinta años después de publicar su artículo, la Historia del cálculo de probabilidades es ya un disciplina consolidada, y el artículo de Coumet es yauno de sus clásicos**, y como tal aun ofrece un buen número de interrogantes a todo aquel que se interese por los dilemas que plantea la investigación cuantitativa en las ciencias sociales***.
"La théorie du hasard, est-elle née par hasard?", Annales: Économies, Sociétés, Civilisations, 25 (1970), 574598 ** En noviembre de 1999 el Centre Alexandre Koyré (EHESS) y el Centre International deSynthèse organizaron unas jornadas científicas en homenaje a Ernest Coumet, cuyas actas serán publicadas próximamente por la Revue de Synthèse. *** Para facilitar su lectura y estudio, incorporamos entre corchetes referencias bibliográficas actualizadas,
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David Teira Serrano Marta García Alonso UNED. Filosofía
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“El origen del cálculo de probabilidades fue un problema relativoa los juegos de azar propuesto a un austero jansenista por un hombre de mundo”1. Este curioso aspecto del encuentro de Pascal y el caballero de Méré invita a la agudeza: no ha faltado quien lo celebrara como una afortunada casualidad. ¿No es maravilloso que un matemático de talento se encontrase allí en el momento justo para responder a las adivinanzas de un jugador, y aprovechase la ocasión2...
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