TLAMATINI
Bajo este término, el Códice Florentino nos presenta la siguiente descripción:
«El tlamatini es un [hombre] ejemplar. Tiene textos, tiene libros. Él es la tradición, el camino, el que conduce a la gente, un compañero, un emblema de responsabilidad, un guía. El buen tlamatini es un médico [ticitl], una persona en quien se puede confiar, un consejero, un instructor, undepositario de la credibilidad, un depositario de la fe [...] Ilumina el mundo para la gente; conoce el Mictlan. El mal tlamatini es un médico estúpido, idiota, decrépito [que pretende ser] una persona creíble, un consejero un [hombre] cauteloso [...] Es nahualli, vidente [tlapouhqui], médico, alguien que retira
objetos intrusos [del cuerpo] [tetlacuicuilini]. Es adivino, tramposo [teixcuepani],confunde a la gente, la hiere, la conduce al mal, mata; destruye a la gente, devasta las tierras, destruye las cosas a escondidas»
(Códice Florentino 1950-1963: X 29).
El tlamatini es mencionado como ticitl «médico»; una característica que es tomada en sentido metafórico por Sahagún (1988: X 597) —«el buen sabio, como el médico, remedia bien las cosas; da buenos consejos y una buena doctrina»—,pero que parece encontrarse igualmente atestiguada en el texto de Ruiz de Alarcón:
«Toda esta obra del fuego y agua la encomendaban al sabio que lo tenía por oficio, que de ordinario ellos tienen nombre y oficio de médicos, los cuales siempre son embusteros, ceremoniáticos, y pretenden persuadir que son consumadores en el saber, pues dan a entender que conocen lo ausente y previenen lo de venidero»(1988: 34).
La asociación entre el tlamatini y la medicina se hace particularmente evidente en los registros etnográficos contemporáneos. Así, por ejemplo, Román Martínez (2003: com. pers.), carpintero nahuatlato originario de la Huasteca Hidalguense, comentó durante nuestra entrevista que:
«Los tlamatines son los que… curan las enfermedades o hacen limpias, todo eso. Allá les dicen tlamatqueh.Es porque conoce, porque puede curar enfermedades».
Encontramos descripciones semejantes entre los nahuas de la Huasteca veracruzana, el Valle de Puebla, la Sierra de Zongolica, Veracruz, y la Sierra Norte de Puebla (Sandstrom 1991: 233; Horcasitas 1966: 256-257; Rodríguez López 2000: 174; Montoya Briones 1964: 154; Hernández Cuellar Roberto Martínez González Sobre la función social del buennahualli
41 Revista Española de Antropología Americana 2006, vol. 36, núm. 2, 39-63
1982: 40; Lupo 1995: 63; Rodríguez González 2002: 34).
De hecho, sabemos que en otros grupos lingüísticos mesoamericanos los terapeutas suelen igualmente portar el título de «sabio» o «el que sabe»; tal es el caso del watowinaqde los jacaltecos, el neandüyde los huaves, el wihyahay el išthkha de los mixes, el bâdide losotomíes y el shuta shineskide los mazatecos (La Farge y Byers 1931: 30; Cheney 1979: 67; Lipp 1991: 148; Dow 1986: 49; Galinier 1990: 156; Inchaustegui 2000:140).
Sin embargo, es necesario remarcar que, como lo señala Hernández Cuellar
(1982: 52, 62, 75-77, 85) la actividad del tlamatini contemporáneo no se limita a la curación. En la Huasteca, es el tlamatini quien pide a los espíritus de lasmontañas, el agua y las encrucijadas que no dañen a las mujeres embarazadas, es él quien hace las ofrendas necesarias y entierra el cordón umbilical de los recién nacidos durante el baño ritual, es también el tlamatini quien hace el ritual de agradecimiento a las deidades del maíz y quien deposita las ofrendas a la tierra durante la inauguración de una casa. De acuerdo con Provost (1989: 343) enesta misma región, es igualmente el tlamatini quien se encarga de pedir la fecundidad para una familia durante la
fiesta de la Virgen de Guadalupe.
Báez-Jorge y Gómez (2001: 424-425) añaden que, en compañía del huehuetlacatl, los tlamatineh se encargan de hacer los preparativos
necesarios para el ritual dedicado a una deidad llamada Tlakatecolotl.
En el centro de Veracruz y la Sierra de Guerrero,...
Regístrate para leer el documento completo.