UNIDAD I OPTIMISMO
El título de “optimismo” no ayuda mucho a imaginar lo trascendente del tema porque se asocia con una persona que siempre sonríe y que puede llegar a ver la vida un poco a la ligera. Si profundizamos en las investigaciones realizadas sobre esta actitud, guiadas principalmente por el investigador científico Martin P. Seligman, veremos que nada hay más lejos de larealidad.
Al analizar los trabajos que ha publicado nos damos cuenta del rigor metodológico de sus estudios, la consistencia de sus hipótesis y la comprobación de las mismas. Es un trabajo notable que aporta mucha luz y validez.
Es poco afortunado el hecho de que directivos de escuelas o empresas elijan pensar que este tema es ligero o que no necesariamente debe revisarse como una habilidad queamerita aprenderse y dominarse, porque desconocen las implicaciones y las llaves de oro que el manejo de los patrones de pensamiento optimista abre a una persona. Cuando alguien enfrenta una dificultad se encuentra con el dilema de pensar que ésta es para siempre o que tiene un fin; que es en algo o en todo; que no sirve como persona por tener ese problema o que puede rescatar muchas de sus áreas apesar de él.
Si piensa con pesimismo con seguridad el problema real aumentará porque arrastrará emociones torpes propias que le dificultarán su capacidad de análisis y su motivación indispensable para luchar. El efecto puede volverse devastador por las propias conclusiones al grado de mermar la salud, la productividad y la felicidad de maneras que causan desde un simple dolor hasta un daño.Igualmente, cuando recibimos una buena noticia, podemos encarar el dilema de pensar que es sólo por un momento o que la vida nos ofrecerá más; que tenemos posibilidad de multiplicar las buenas noticias o no; que de alguna manera nosotros poseemos la “virtud” con la cual podemos sentirnos contentos con nosotros mismos, o negarnos esa posibilidad al pensar que nada de nosotros es valioso. Si se piensa conpesimismo podemos ir arrastrando nuestro mal humor incapaz de tomar de la vida lo que es disfrutable o multiplicarlo o, aún más, sublimar las instancias que no son tan naturalmente agradables.
No hay instancia en la que podamos pensar en amar la vida que no esté acompañada por una visión, una lectura, una redacción, un cuento de la realidad que nosotros nos contamos en donde cabe una imagen opensamiento que al final es optimista, que abre puertas, que implica esperanza de que algo cambie que conlleva dignidad personal y valoración de algo que sí vale la pena vivir. Los patrones de pensamiento se transmiten mucho por medio de la influencia familiar-cultural y esto nos crea una necesidad inequívoca de trabajar duro para fomentar las visiones de la realidad que son objetivas pero quemovilizan a luchar a una persona (optimismo), y no la inducen a paralizarse (pesimismo).
La correlación entre madres pesimistas e hijos pesimistas es tan alta que de inmediato deberíamos hacer cruzadas, no en las escuelas sino en los países enteros, para vigilar, desmenuzar y garantizar para nuestros pequeños el dominio del optimismo.
No tenemos los adultos por qué robarles a los niños la posibilidadde ver sus problemas con optimismo. Cuando los cargamos de negatividad los mantenemos de alguna manera ciegos a esta posibilidad. Y si estamos tan preocupados por dejarles un ambiente sano y suficiente agua, ¿dónde está la preocupación por garantizarles un buen ambiente psicológico-emocional? Se han arrancado ya esfuerzos, pero queda todavía mucho por hacerse.
Volviendo a nuestro modelo integral,no es el optimismo lo único que hay que aprender, pero es un cimiento fundamental dentro de las habilidades básicas que sí podemos garantizar en un aprendizaje tan sólido como el conocimiento del alfabeto. La elección del optimismo obedece a que, gracias
a los trabajos de Seligman, ya conocemos resultados de la acción de pensar con pesimismo y optimismo.
Pero también a que es un buen comienzo...
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