VIAS URINARIAS
Las vías urinarias se dividen en altas (riñones, pelvis renales y uréteres) y bajas (vejiga y uretra). Las infecciones urinarias altas más comunes son ascendentes, es decir, se originan en la vejiga y ascienden a través de los uréteres hacia los riñones. Normalmente, las válvulas vesicouretrales impiden el reflujo de orina desde la vejiga hacia los uréteres. Las personascon anomalías urogenitales, sobredistensión de la vejiga por obstrucción del reflujo o mal funcionamiento neurogénico y las mujeres con sobredistensión del útero durante el embarazo son particularmente susceptibles a infecciones urinarias ascendentes.
Las infecciones de la pelvis renal (pielitis) y la pielonefritis crónica son las complicaciones más comunes. Las infecciones urinarias altaspueden ser resultado de la diseminación hematógena de bacterias hacia los glomérulos y corteza renales en pacientes con septicemia. Los abscesos microfocales o la pielonefritis supurativa aguda son manifestaciones comunes. Las infecciones urinarias altas por diseminación hematógena son menos frecuentes que las causadas por disminución ascendente de bacterias.
Las manifestaciones clínicascardinales de las infecciones urinarias altas son: fiebre (a menudo con escalofríos) y dolor en la zona renal. La frecuencia, urgencia y disuria son más sugestivas de infecciones de la vejiga y la uretra. Sin embargo algunos pacientes con pielonefritis y otras infecciones urinarias altas primero presentan síntomas más compatibles con infecciones urinarias bajas. Esta falta de diferenciaciónclínica clara entre los dos niveles de infección es la causa de los intentos de desarrollar un enfoque de laboratorio para el diagnóstico diferencial.
Alguna vez se pensó que la presencia microscópica de neutrófilos segmentados activados (células titilantes) en muestras de orina era indicativa de infecciones urinarias altas. Esta teoría se ha abandonado porque la detección microscópica de estascélulas en orina posee una baja sensibilidad y especificidad. La identificación de bacterias recubiertas con anticuerpos y la detección de anticuerpos IgG e IgA secretora en orina, en particular anticuerpos contra antígenos de fimbrias, han tenido cierto éxito.
La orina que contiene bacterias se trata con antiglobulina humana conjugada con fluoresceína y se examina en busca de fluorescencia.La teoría básica de la prueba es que las bacterias que invaden los tejidos de las vías urinarias altas (riñones y uréteres) provocan una respuesta de anticuerpos específica, mientras que las bacterias en la vejiga no lo hacen. Estos anticuerpos se adhieren a las células bacterianas con fluorescencia. La sensibilidad y especificidad son de un 80-85%. Se producen resultados falso-negativostempranamente en el curso de las infecciones, antes de que se provoque una respuesta de anticuerpos, o se producen anticuerpos que no se adhieren a bacterias. En algunos casos, bacterias en la vejiga pueden ser recubiertas por anticuerpos; por ende, la interpretación de los resultados sólo es posible junto con los signos y síntomas clínicos.
Muchas infecciones urinarias bajas comprometen la vejiga, yen algunos casos se diseminan hacia la próstata y la uretra. La micción frecuente y dolorosa de pequeñas cantidades de orina turbia, así como una sensación de pesadez o dolor suprapúbicos, son las manifestaciones clínicas usuales. Los gerentes pueden sufrir infecciones urinarias asintomáticas que se reconocen sólo porque la orina puede parecer turbia o porque se observan neutrófilos segmentadosy mayor concentración de bacterias en exámenes microscópicos.
La prevalencia de las infecciones urinarias varía con el sexo y la edad de los pacientes. En neonatos y lactantes, las infecciones urinarias son más comunes en varones, con una prevalencia global de aproximadamente un 1%. Muchas de estas infecciones se asocian con anormalidades congénitas. En niños de edad escolar, existe una...
Regístrate para leer el documento completo.