Zabala A. Enfoques Didacticos
Antoni Zabala
1. - Necesidad de instrumentos para el análisis de la práctica
¿Cuáles son los criterios que nos permiten reconocer cuándo una forma de intervención educativa es apropiada? ¿Qué razones tenemos para justificar las distintas formas que utilizamos para enseñar? (…)[2]
La tentación de establecer pautas y modos de enseñar universales a partir,exclusivamente, de las interpretaciones provenientes de alguna teoría del aprendizaje ha sido frecuente a lo largo de este siglo. (…)
En coherencia con la complejidad de las distintas y múltiples variables que intervienen en los procesos de enseñanza en un centro docente, … (no creemos que sea posible prescribir) unas formas determinadas de enseñanza, pero sí proveer (algunos) elementos para el análisisy reflexión sobre la práctica, de modo que puedan facilitarnos una mayor comprensión de los procesos que en ella intervienen y la consiguiente valoración sobre su pertinencia educativa. En ese sentido, … también criterios valiosos para la planificación, puesta en marcha y evaluación de la enseñanza. (…)
2. - ¿En qué no estamos de acuerdo?
Tal vez sea la complejidad de lo que supone enseñar loque explique que muchas veces no nos pongamos de acuerdo cuando discutimos acerca de lo que hacemos en el aula, de su adecuación o pertinencia. Es bastante probable que ello ocurra porque no siempre hablamos de lo mismo, no siempre tenemos detrás un mismo referente o unos objetivos compartidos acerca de lo que supone aprender y enseñar. El primer paso para avanzar consistirá, entonces, enidentificar los elementos de discrepancia. (…)
Desde una apreciación externa, podría mostrarse cierta perplejidad ante una situación en la que dos profesores del mismo centro y ante alumnos con características generales parecidas, lleven a cabo, para tratar el mismo tema, propuestas didácticas diferentes[3]¿Cuáles son las razones por las que es posible la existencia y convivencia de dos formas tandispares de abordar la enseñanza? Desde esta visión externa, ¿cómo se pueden comprender o aceptar dos modelos tan distintos? Ante la pregunta de cuál de los dos modelos es más eficaz, ¿cuál puede ser la respuesta? (…)
(…)Todos sabemos de la eficacia de las clases expositivas. Quizás una respuesta fácil sería aquella que no se decantase ni por lo uno ni por lo otro. Pero entonces nos volveríamos aplantear cuál es la tercera opción, o la cuarta o la quinta, y otra vez volveríamos a preguntar cuáles son las razones que las justifican. Porque éste es, en efecto, el problema: justificar una propuesta didáctica, pero ¿sobre qué base?
Para intentar dar respuesta a estas preguntas podemos recurrir, por ejemplo, a los criterios propuestos por Raths (1973) y citados por múltiples autores como un medioeficaz para valorar las actividades de enseñanza. Raths enumera 12 principios para que el profesor se guíe en el diseño de actividades de aprendizaje:
A condiciones iguales, una actividad es preferible a otra si:
1. permite al alumno tomar decisiones razonables respecto a cómo desarrollarla y ver las consecuencias de su elección;
2. atribuye al alumno un papel activo en su realización;
3.exige del alumno una investigación de ideas, procesos intelectuales, sucesos o fenómenos de orden personal o social y le estimula a comprometerse en ella;
4. obliga al alumno a interactuar con su realidad;
5. puede ser realizada por alumnos de diversos niveles de capacidad y con intereses diferentes;
6. obliga al alumno a examinar en un contexto nuevo una idea, concepto, ley, etc., que ya conoce;7. obliga al alumno a examinar ideas o sucesos que normalmente son aceptados sin más por la sociedad;
8. coloca al alumno y al enseñante en una posición de éxito, fracaso o crítica;
9. obliga al alumno a reconsiderar y revisar sus esfuerzos iniciales;
10. obliga a aplicar y dominar reglas significativas, normas o disciplinas;
11. ofrece al alumno la posibilidad de planificarla con otros,...
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