2 Cuentos a la locura

El frasco de vidrio

Amor, mira lo que he encontrado. Él, estupefacto tomó los insospechados objetos. Se marcharon de aquel lugar en completo silencio. Al anochecer, cuando ella dormía, él tomó cautivado por la intriga uno de los objetos… El cuadernillo, recubierto de cartón viejo y empolvado yacía ahora en las frías manos de él. Suponía por la casi ilegible letra ser un diario, lo ojeó y elasombro le invadió súbitamente. El diario había sido utilizado en su totalidad, de principio a fin. Pero, sin explicación aparente, todo había sido borrado, todo excepto la última página. Esto fue lo que leyó abstraído:

…La gota transparente y brillante cayó, se deslizó pesada por sus mejillas rosadas, debió haberse congelado, pero por alguna extraña razón el frío se apiado de su dolor y la dejópasar. El viento quiso deshacer en un suspiro la suave caricia de aquel diamante líquido que incauto ahora jugueteaba por los poros de ella, yo contemplaba el místico pasaje que había trazado inerme la angustiosa lágrima sobre su tez ardiente y lujuriosa que desnuda, se rendía ante la procesión sacrílega de mis dedos, mis fríos dedos poseídos de un temblor ansioso que nos desgarraba las almas.La observaba con el más asfixiante silencio, la examinaba, mi mirada desnudaba morbosamente sus ojos quietos, dueños de un brillo enceguecedor que me ataba el pensamiento a lo más profundo de ella. Sus labios curtidos fueron siempre una fuente irremediablemente turbia de deseos que ni mi imaginación pudo apaciguar. La pequeña gota no se detenía, la seguía con mis ojos oscuros.

Aquella gota deveneno viajaba a través de ella parecía que ese era su destino pero pronto se rendiría a las tribulaciones venidas de un aire seco que le sacudía tímidamente la piel. Su lagrima se detuvo en el tiempo, de pronto, el filo de una daga se desenterraba de sus pupilas y súbitamente se clavaba en lo más profundo de mi mis ojos, la sangre se escapaba de mis quemados lagrimales, y el suelo se tiñó oscurodel torrencial liquido, y su pelo precioso, perdió su color claro y brillante, se vistió de un inconfundible color marrón rojizo. Contemple por última vez el cielo como ella lo contempló, fui por fin aquella gotita, que caía al mar, y se disolvía en él.

Al terminar de leer, él giró su cabeza tan rápido como pudo y clavó su mirada en la oscuridad. Buscaba ansioso el otro objeto, un reluciente ytransparente frasco de vidrio. Recordó agitado, casi sudando con las pupilas muy brillantes el color de la sustancia contenida en el frasco, se teñía de un inconfundible tono marrón rojizo…

Se acercó, destapó el frasco, se liberó un olor, extraño, pero de alguna manera familiar, se acerco aun más y escarbó en la profundidad de ese mar, vio entonces lo último que viera el desgraciado que en unarrebato de locura borró el diario. Un tenue brillo, un diminuto cristal, que le cegó. El hombre quedo allí, con la mirada perdida. Y sintió… ¡Una lagrima! una lágrima que estaba a punto mojarle las mejillas. De pronto de la oscuridad alguien preguntó:

Amor, ¿Por qué lloras?

Hubo silencio y la gota de cristal volvió a disolverse en el mar.

Manuel Malaver.
Noviembre 21 de 2010
Lanoche sin fin

Él dejo caer su lapicito desde su mano izquierda hasta el suelo, rodó alejándose de él y se perdió entre las sombras y las botellas vacías de cerveza. Él hombre suspiró, estaba tan cansado, tan al lado de la ventana, que las lagrimas bailaban en sus mejillas por la brisa que le llegaba de las estrellas. Cerró los ojos lentamente, tenia frio, pero no temblaba, parecía ya estaracostumbrado. De pronto un chirrido agudo proveniente de la puerta sacudió el silencio. Él escucho claramente, pero no se molesto ni siquiera en abrir sus ojos. El sonido chillón fue rápido y seco. No iré, sé que no es ella, es tan sólo el viento, así que no iré. Pero… y si no, y si en verdad se trata de ella, y si ha entrado a hurtadillas aquí o está allá afuera esperándome. ¡Quién puede ser aparte...