Aceites comestibles


FACULTAD DE CIENCIAS
ESCUELA DE BIOQUÍMICA Y FARMACIA
NOMBRE: GABRIELA ROMERO
NIVEL: 6° “A”
CÓDIGO: 2114
FECHA: 2013/04/08

Consumir las grasas del aceite de oliva o nueces ejerce mayor protección cardiovascular que una dieta baja en grasas
A menudo nos quejamos del batiburrillo existente en las noticias sobre nutrición, donde a menudo se promulgan propiedades de los alimentos sintener en cuenta la solidez de los estudios científicos que las sustentan. Es un buen ejercicio analizar el gran estudio publicado en NEJM sobre las bondades de la dieta mediterránea, como un ejemplo de trabajo que sí merece toda la atención periodística. No se trata de un estudio donde se describan propiedades antioxidantes en cultivos celulares, ni se han atiborrado a ratones con cantidades ingentesde cierto alimento, ni se ha tomado una muestra de personas con o sin enfermedad preguntándoles por sus costumbres pasadas. Se ha realizado un pedazo de estudio clínico randomizado en que se seleccionaron 7.477 personas con riesgo cardiovascular, se separaron en tres grupos asignando tres dietas diferentes, y se comparó la incidencia de problemas cardio y cerebrovasculares. El primer grupo seguíala dieta mediterránea con recomendación explícita de incorporar una considerable cantidad de aceite virgen de oliva a sus comidas, el segundo lo mimo pero con frutos secos, y el tercero simplemente seguía una dieta baja en grasas. La conclusión fue que las dos primeras reducían significativamente el riesgo cardiovascular, especialmente de derrames cerebrales.
Un análisis mucho más completo sepuede leer en la gran nota de El Mundo porCristina Lucio y Ángeles López “Dieta mediterránea con aceite de oliva o frutos secos: el mejor aliado cardiovascular”. Varios aspectos destacables de la nota es que cuestiona hasta qué punto el beneficio proviene de la dieta mediterránea en sí o de que las grasas provengan de aceite y frutos secos. Los autores del estudio hablan de conjunto, pero la dietacontrol baja en grasas también incluía frutas y verduras, y los datos no distinguen bien este punto. Un aspecto destacable es también el esfuerzo del artículo en explicar el porqué es un estudio tan sólido. Para ello incorpora comentarios de científicos no relacionados directamente con la investigación.
El País publica una nota más corta pero concisa de Emilio de Benito “La dieta mediterráneareduce los infartos e ictus en un 30%”, que hace muy bien al especificar en qué consiste exactamente la dieta mediterránea para los nutricionistas. La información se complementa con un recurso extraño; un artículo de opinión de los propios autores del paear científico titulado “Un trabajo ejemplar” (Ramón Estruch y Miguel A. Martínez González). En principio no son ellos quienes deberían juzgar si sutrabajo es ejemplar o no, pero interesante que expliquen desde una perspectiva más amplia en qué consiste el estudio PREDIMED, y que incidan en el mensaje que realmente es más novedoso: “Los resultados encontrados contradicen el paradigma de “dietas baja en grasas” que erróneamente se invocaba para la prevención. Aceite de oliva virgen y frutos secos son alimentos muy ricos en grasa. Son grasasnaturales y sanas.”
Muy buena nota también en ABC de Pilar Quijada “La dieta mediterránea con aceite de oliva y frutos secos reduce el riesgo cardiovascular”, matizando que los resultados sólo son estadísticamente significativos en casos de ictus y no en infarto de miocardio. Explica también porqué es un estudio tan sólido, y apunta un aspecto muy interesante: no se sabe bien el mecanismo fisiológicopor el que las grasas “sanas” generan estos efectos beneficiosos, pero podría ser algo tan indirecto como que sacian más el apetito y se come menos. Interesante punto: si fuera así, no es que poner aceite de oliva en la ensalada te ofrezca un efecto protector directo, sino que te sacia más y por la tarde tienes menos tentación de tomar un insano postre. Esto viene apoyado con la observación de...