ADIOS A UN MILITANTE


ADIOS A UN MILITANTE

Horas después que muriera, Abelardo Ramos escribió una memorable despedida que tituló “Adiós al Coronel”, donde sostenía para Perón las palabras que Bismarck escribiera unsiglo antes: "todo hombre es tan grande como la ola que ruge debajo de él".
Casi cuarenta años después, como lo pensara Engels, la Historia vuelve a repetirse. Donde la misma ola que rugió bajo lospies de Perón vuelve a rugir bajo los pies, ya sin vida, de Néstor Kirchner. Ola que surge desde lo más profundo del alma nacional, y que encuentra al movimiento político al que ambos pertenecieronvelando a quien fuera, en cada oportunidad, su jefe político: entonces Perón, hoy Kirchner.

Desde luego que Kirchner no fue Perón, pero fue el jefe del movimiento nacional que mejor interpretódesde el poder, lo que fuera el peronismo que creara Perón.
Fueron personalidades distintas en épocas que fueron distintas. Ambos de temple y carácter fuertes, como no podría ser de otra manera enla Argentina que a cada uno le tocó vivir. Sus similitudes vienen dadas en que se erigieron en jefes de un movimiento nacional –el mismo, no casualmente-, en un país de violentas crisis económicas ysociales y, por ende, políticas Un país que quiso un destino de grandeza industrial, en medio de fuertes intereses ligados al de un país pastoril. Un país federal, en medio de los más firmesintereses amarrados a las minorías del puerto de Buenos Aires. Un país real y empobrecido tironeado por el pequeño país de la especulación. Donde era notablemente más rentable la timba financiera quecualquier esforzada producción.

En ello Perón y Kirchner pensaron y actuaron de la misma manera. Fueron iguales del mismo modo que se puede afirmar que seguirán habiendo otros argentinos iguales, esdecir, hombres y mujeres que militen con las banderas que Perón levantó en los años ’40, y que dividieron la Argentina de ayer y la Argentina de hoy en dos bandos irreconciliables: la del minúsculo...